10 millones de mexicanos están nominados para el juego del Calamar.
Hay un grupo social que está creciendo en todo el tejido social. Son las personas que luchan afanosamente por mantener su condición económica. Quizá han bajado su nivel de gasto, pero al menos no tienen que disponer de sus ahorros ni vender alguno de sus bienes materiales, para solventar su situación.
Representa este grupo, al día de ayer, al 58.9% de los mexicanos, y van en ascenso alcanzando valores récord. En sus respectivos niveles económicos, conviven con un grupo social que representa, también al día de ayer, al 25.4%; son los que no tienen problemas e incluso tienen capacidad de ahorro. Este grupo que lucha por mantenerse a flote, tiene la ilusión de pasarse a este otro que, a pesar de las circunstancias que vivimos, o quizá por ellas, está un poquito mejor que a toda madre.
Conviven también con otros dos grupos que viven en la desesperación, los que ya tienen que echar mano de sus ahorros o vender algunos de sus bienes para solventar su situación, que representan el 4.2% de los mexicanos; y conviven también con el grupo más desesperado, los que están nominados para entrar a “el juego del Calamar”: los que tienen que pedir prestado, que son el 9%, esto es, alrededor de 10 millones de mexicanos.
El grupo que vive el drama de tener que bajarle a sus ahorros o vender cosas, esta semana se distinguió por aparecer en el hipocentro de una advertencia positiva en identificación partidista para el PRI, y muy probablemente también sean responsables de una tendencia al alza del PAN, que se corresponden con una larga tendencia a la baja para Morena en este indicador.
Esto es sin duda un fenómeno interesante. Este 4.2% al que ya le está llegando la lumbre a los aparejos, vuelve sus ojos hacia el PRI y seguramente también hacia el PAN, pero son muy poquitos como para modificar la correlación de fuerzas.
La tarea política que PRI y PAN deben asumir, es trabajar con ese grupo mayoritario de 58.9%, los que apenas les alcanza; convencerlos de que deben ser previsores, y seguir el ejemplo de los que ya se convencieron de que no hay un buen futuro con Morena.
La tarea política de Morena, si quiere conjurar el riesgo de que la oposición le saque un susto, es reconciliarse con la racionalidad. No deben sentirse tan confiados, hay indicadores que ya muestran deterioro, como el del Top of Mind para AMLO, que muestra un desinfle severo en el ánimo reeleccionista de sus fans más intensos.
¡Hagan su juego señores!
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