Me conmueve la incultura estadística de nuestra intelectualidad.

 

Gran revuelo ha causado entre nuestra intelectualidad decepcionada de AMLO, la reciente publicación del Índice del Estado de Derecho (World Justice Project) que compara a 139 países, donde no nos fue bien, pues de sus resultados se desprende que, si de algo no podemos presumir, es de haber avanzado en el combate a la corrupción, como pretende hacerlo AMLO en la asamblea de la ONU, urbi et orbi (para Nueva York y el mundo).

 

Ahora sí voy a coincidir con Ana Elizabeth García Vilchis, la encargada de hacer el recuento de las mentiras sobre el acontecer político nacional, con excepción de las de las mañaneras de AMLO.

 

Pues bien, como diría Anita: “Es cierto, pero exageran”.

 

Ahora bien, ¿Por qué exageran?, pues por pendejos. Por ignorantes en el manejo de los datos estadísticos. Por confundir la estadística con la aritmética.

 

Los resultados de este reporte se toman como inobjetables por nuestros célebres intelectuales y analistas, y toman a pie juntillas el ranking publicado, que nos pone varios lugares abajo del anterior, indicando que hemos empeorado.

 

La fuente de las confusiones es que el organismo internacional presenta un ranking aritmético, no estadístico. Y nuestros intelectuales, con las mismas deficiencias culturales, no se percatan de la trampa, con toda seguridad involuntaria (créanme que en el mundo hay más pendejos que perversos).

 

Todas las estimaciones estadísticas llevan un margen de error, y hacer comparaciones sin atender a ellos es inadmisible, un descuido, entendible entre estudiantes en formación, pero inaceptable para organizaciones del más alto nivel.

 

Para que se den una idea del desmadre de este Ranking, las encuestas las hacen los aficionados de cada pinche país, pues en el mismo reporte se puede apreciar lo siguiente:

 

“Encuestas a población general (GPP, por sus siglas en inglés), que son administradas por empresas líderes en encuestas de opinión a una muestra representativa de 1,000 personas en las tres ciudades principales de cada país y jurisdicción”.

 

¡O sea que ya valió madre! Las empresas líderes en México y en casi todos los países, si por algo se distinguen es por sus deficiencias estadísticas. Y adicionalmente, ni siquiera es nacional, sino solo en tres ciudades.

 

Más aún, la otra fuente de información que usan, son supuestos expertos. Vean lo que dicen ellos mismos:

 

“Cuestionarios para expertos (QRQ, por sus siglas en inglés), que son encuestas respondidas por profesionales y académicos expertos en derecho civil y comercial, derecho penal, derecho laboral, y salud pública”

 

“En conjunto, estas dos fuentes proveen información oportuna y de primera mano que refleja la experiencia y percepción de las personas en 126 países.”

 

En resumen, ese pinche Ranking se hace al chile.

 

En consecuencia, aún tendiendo un velo de piedad sobre este índice pendejo, si bien México bajó algunos lugares, lo único que podemos afirmar es que no mejoramos, pero no que estemos empeorando.

 

Sin el dato de los márgenes de error (no el margen de error en singular, como dicen nuestros aficionados a las encuestas) no podemos descartar que sigamos igual. Esto es, no podemos sustentar la afirmación de que hayamos empeorado. Dicho de otro modo, como diría Anita, exageran, y muy probablemente anden meando fuera de la olla.

 

Así las cosas, compañeros. Si en verdad queremos superar la irracionalidad que nos gobierna, los sensatos deben ser muy cuidadosos, en especial con los recursos metodológicos que usan para entender qué chingados está pensando la Muchacha. Si la lucha por el poder se da entre pendejos, ya podemos adelantar el desenlace: Ganará el pendejo que tiene el poder.

 

saba@sabaconsultores.com