Los analistas simbólicos, legalmente, ganan más que los presidentes.

 

Recuerdo una película en la que un presidente de USA, viudo, se involucró emocionalmente con una lobbista y esto le afectó a ella en su ejercicio profesional. El presidente, tratando de cuantificar el daño, le preguntó, minimizando el problema, cuánto ganaba y ella, sin inmutarse, le dijo: “Más que tú”.

 

La historia viene a cuento por uno de los desfiguros de hoy de AMLO, al cuestionar los ingresos de Carlos Loret de Mola, como si conocer los ingresos del periodista en algo le pudiera ayudar a salir del atolladero donde está, a raíz del escándalo de su hijo y su nuera.

 

Por supuesto que Loret de Mola debe ganar un chingo más de dinero que AMLO, legalmente, por una razón: es un “analista simbólico”, concepto de Robert Reich, un economista brillante que fuera secretario del trabajo con Bill Clinton, y autor del libro “El trabajo de las naciones”.

 

Un analista simbólico es una persona con la capacidad de detectar y resolver problemas; los consultores industriales nos ajustamos de manera rigurosa al concepto. Recuerdo que alguna vez, en una importante fábrica de papel de Monterrey, una valiosa y enorme máquina vibraba tanto, que comprometía severamente la producción. Tuvieron que llamar a un experto brasileño, quien después de examinarla detectó que, después de un mantenimiento, se había colocado de manera incorrecta una pequeña pieza. La colocó de la manera adecuada y se acabó el problema. ¿Que cuánto cobró? Lo que le dio su chingada gana, y se lo pagaron con gusto.

 

El concepto de analista simbólico se extiende a deportistas, artistas, toreros, influencers y todos aquellos que generan dinero de algún modo, y en este mundo globalizado cada vez hay más formas de generar cuantiosas cantidades de dinero. La inversión en publicidad de las grandes empresas, de estar concentrada en los grandes medios masivos de comunicación, hoy está muy dispersa. Ahora mismo ustedes están viendo publicidad, que representa dinero para Plácido, jaja (espero que no me censuren por detonar de más).

 

Finalmente, qué tenemos con los ingresos de Carlos Loret de Mola. Lo más probable es que gane cantidades exorbitantes porque genera, por su nombre y su prestigio en un sector económicamente muy fuerte, también cantidades exorbitantes. Igual que Cristiano Ronaldo gana un dineral y vive como príncipe.

 

Lo más interesante de este affaire de AMLO con Loret de Mola, es que la fuente inagotable de riqueza que cosecha Carlos es precisamente la víctima de sus reportajes, esto es, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.