¡Feliz Navidad, hermosa Muchacha!

 

La Muchacha, como la donna de Rigoletto de Giuseppe Verdi, es móvil (variable) cual pluma al viento, cambia en sus jeraquizaciones y en su modo de pensar:

 

La donna è mobile

Qual piuma al vento

Muta d’accento

E di pensiero

 

La Muchacha no es el pueblo, es solo la parte mayoritaria del pueblo que comparte una opinión. Con respecto a cada tema es diferente, por ello es múltiple, justo como son las mujeres y en menor grado los hombres. Por ello son maravillosas, cada mujer contiene a una multitud de mujeres, y ni siquiera cuando en nuestras vidas hemos compartido con ellas largos años, tenemos alguna posibilidad de asomarnos a todas ellas.

 

La Muchacha es variable, por ello se requiere de estadísticos, como yogas el cantinero, para medianamente asomarnos a sus cambiantes humores y pareceres. Esto es así, porque la estadística es “la ciencia que trata el problema de la variación”, como decía mi muy amado Profesor Donald B. Owen.

 

Desde 1984, me he asomado a la opinión de la Muchacha a través de las encuestas, y cuando se me puso más voluble y caprichosa, y las encuestas resultaron insuficientes para saber de ella, allá por 1993, me sentí como en aquella canción de María Grever, Altiva, que decía: “altiva y orgullosa, pasaste junto a mí; y yo como un capricho te seguí; no volviste la cara ni una sola vez; y por eso humillaste mi altivez”. La seguí, pero no montado en las encuestas que ya no me permitían darle alcance, sino montado en el brioso corcel que representa el Control Estadístico de Calidad, y a huevo que le di alcance, y como concluye la canción de Grever: “más cuando en mis brazos al fin te estreché, y loco de amores, al fin te besé; al verme en tus ojos, pude comprender, que yo era el esclavo, divina mujer”.

 

Y así las cosas compañeros. Soy un esclavo de la Muchacha, me tiene cada semana, como pendejo, asomándome a sus veleidades. Por estos días anda un poco descarriada, pero tengo fe en que recuperará la razón, para reconciliarse conmigo y con la vida.

 

Por lo pronto le deseo a mi Muchacha, que la vida le sea leve. Que la alegría, la salud, la felicidad y la paz sean siempre con ella, y también con ustedes que desde hace tres años han dejado de ser parte de ella.