¡Ay, pinche Marcelo!

 

La siguiente híper mamada, es de la autoría de Marcelo Ebrard: “Posponer la revocación de mandato busca evitar que en esa consulta se confirme la alta aprobación del presidente López Obrador”.

 

Ora sí que me lleva la chingada. Me da repelús (temor indefinido o repugnancia que inspira algo), como diría mi amigo Jesús López. Si algo está súper reconfirmado en este país, es la alta aprobación de AMLO.

 

Hasta los encuestadores más pendejos encuentran que su aprobación supera con creces el 60%.

 

Ahora bien, de manera más directa, desde el 2 de agosto hasta el 13 de diciembre de este año, he monitorizado el tema de la revocación de mandato. He realizado ya 20 mediciones, y el valor mínimo que hemos encontrado, a la respuesta de que queremos que siga, ha sido 63%, y el valor máximo que han alcanzado los que desean que renuncie 22.6% (adjunto gráficas).

 

Si algo tenemos claro los mexicanos es que AMLO es, como la Adelita, popular entre la tropa, y que no tenemos la menor intención de que termine anticipadamente su gestión.

 

Unos quieren que siga porque viven la fantasía de que estamos con madre, y otros queremos que siga para que se chingue, atestiguando cada día del resto de su mandato el desmadre de país que está dejando.  Y otros pocos también, porque pensamos que el pueblo de México merece sufrir las consecuencias de haberlo elegido, a pesar de las múltiples evidencias de que nos iba a chingar la vida. Ya lo eligieron, ahora chínguense, aunque no se les quite lo pendejo.

 

Que Marcelo nos salga ahora con esta mamada, tiene como propósito evidente congraciarse con AMLO, sumándose al linchamiento contra el INE, al que sus correligionarios diputados han puesto en el predicamento de la Bartola de Chava Flores, se las recuerdo:

 

Oye Bartola,

Ahí te dejo esos dos pesos

Pagas la renta,

El teléfono y la luz.

De lo que sobre,

Coges de ‘ay para tu gasto

Guárdame el resto

Para hecharme mi alipus

 

En verdad, pobre Marcelo, y pobres todos los inteligentes de Morena que son arrastrados al remolino de irracionalidad que AMLO representa.

 

Mi esperanza, es que tres años más de irracionalidades finalmente nos vacunen contra ellas, y que el próximo presidente, así sea de Morena, se reconcilie con la razón y la cordura.