Los “increíbles” (a veces) resultados de SABA CONSULTORES.

 

Cuando trabajaba para la presidencia, en los neoliberales tiempos de EPN, fue un jaloneo de la chingada. Venía de apoyar ese proyecto desde los últimos meses de gobierno en EDOMEX, la precampaña y la campaña presidencial. Me coordinaba entonces con unos muchachos muy listos egresados del CIDE. Todo era color de rosa.

 

Ya en la presidencia, me pasaron a coordinarme con una dependencia dirigida por un cercano a Luis Videgaray, que resultó ser muy pendejo. Nunca entendió mi metodología y se complicaba tratando de entender las discrepancias entre mis resultados y los de los aficionados que ahí vivían desde siempre (un encuestador que no tiene al menos maestría en estadística es aficionado, así sea muy famoso). Pasado un tiempo encontraron una explicación: SABA se adelantaba a las encuestadoras. En aquel contexto de jaloneo, les aclaré: Yo no me adelanto, los demás se atrasan.

 

Toda esta historia vino a cuento, porque un muy querido amigo cuestionó mis resultados de hace dos días, donde señalamos variaciones significativas y adversas para AMLO. Debo mencionar que este amigo es muy inteligente y está en el Top académico; he aquí lo que me comentó:

 

No me parecen lógicos. Esos cambios tan drásticos NO suceden sin una buena razón, y no tenemos buenas razones para explicarlo. Al conocerte y por conocerte, no culpo a la metodología que sería mi primer instinto.  Culpo a lo que no sabemos.

 

Hasta aquí, las dudas expresadas por mi amigo. Mi respuesta fue la siguiente:

 

No es lógico que cambie tanto en la población, pero los cambios que presentan los diagramas no son en la población, son solo en las muy pequeñitas muestras que tomamos, que tienen márgenes de error amplios. De hecho, no estamos estimando esos cambios, aunque sí estamos presentando datos que generan la tentación de pensar en ello.

 

Los diagramas presentan límites de control, y lo relevante es el contraste entre las estimaciones y esos límites. “Si un valor no los rebasa, significa que las cosas siguen más o menos como estaban antes. Si se rebasan (por arriba o por debajo) nos indican que hubo una variación significativa que no estimamos, pero sabemos que ocurrió y en qué sentido, con el propósito de poner atención en esos riesgos y oportunidades que se advierten.

 

Cuánto avanzó o cuánto se deterioró alguien no es en este contexto lo relevante, sino advertir a tiempo lo que todo príncipe prudente debe hacer, es anticipar los riesgos advertir a tiempo, esos riesgos y esas oportunidades, para honrar a Maquiavelo.

 

Este amable diálogo con mi amigo me recordó otro un poco menos amable, con un político de alto nivel y también con máximos blasones académicos. Fue también AMLO el personaje evaluado, en aquel 2006, cuando todo mundo lo hacia el seguro ganador y ocurrió el fenómeno ortalis vetula (chachalaca para los finitos). La caída dramática en la intención de voto, por el “cállate chachalaca”, que SABA detectó de inmediato, fue cuestionada por el personaje referido del siguiente modo:

 

Eso es imposible, porque no hay antecedente histórico para un cambio así.

 

Mi respuesta, en aquella ocasión, fue la siguiente:

 

A la vida le vale madre la historia; la vida se manifiesta, y se hace historia.