De Herodes a Pilatos, o lo que es lo mismo: Pásale tú que a mí me da mucha risa.

 

A lo largo de nuestra historia, nuestros legisladores se han significado por hacer leyes incumplibles, quizá como una forma de control político por la vía de hacer, de aplicación universal, la máxima juarista: “A los amigos justicia y gracia; a los enemigos justicia a secas”.

 

En México no es fácil ajustarse en estricto sentido al ordenamiento legal; casi podríamos decir que solo diferimos en el grado, pero que a final de cuentas todos somos delincuentes, pero contamos con la gracia de quienes aplican la ley; somos sus amigos, mientras no se nos ocurra hacer méritos suficientes para perder tal categoría, en cuyo caso sobrevendrá el apretón de tuercas o, en términos bíblicos, para estar a tono con la religiosidad de este gobierno: “El lloro y crujir de dientes”.

 

Lo cotidiano es que el ciudadano común tenga dificultades para acatar la ley; lo extraordinario, que hoy vivimos, es que el encargado de aplicar la ley tenga dificultades para hacerlo, porque no encuentre como entrarle al infractor, en este caso, ni más ni menos, que el mismísimo presidente de México.

 

En efecto, AMLO un día sí y otro también, viola la ley electoral con singular alegría, y el INE se arruga y le pasa la pelotita a la CEE de Nuevo León, quienes también se arrugan y le consultan al Tribunal Electoral, quien se la regresa al INE. Es claro que nadie honrará la ley y le aplicará arresto por tres días al presidente, ni aún domiciliario. Simplemente la ley es incumplible.

 

Anticipando esta situación, desde el 8 de septiembre del año pasado di a conocer mi propuesta de ley suprema para México, al tenor del siguiente articulado:

 

Salus populi suprema lex est

 

  • Artículo 1. Amarás a AMLO por sobre todas las cosas.
  • Artículo 2. Quien no ama a AMLO, odia a AMLO.
  • Artículo 3. Odiar a AMLO, es delito grave.
  • Artículo 4. AMLO puede hacer lo que le dé la gana.
  • Artículo 5. Lo que haga AMLO es legal, moral, ético y justo.
  • Artículo 6. Todo lo no previsto quedará definido de acuerdo a la voluntad de AMLO.

 

Este ordenamiento legal se podría compactar de la siguiente manera: AMLO puede hacer lo que le dé su chingada gana.

 

Esta mi propuesta de reforma constitucional, cuenta con el apoyo de treinta millones de mexicanos, incluyendo a un

doctor en derecho de Monterrey.

 

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