AMLO vs la opinión pública.
La Opinión Pública, de acuerdo a Vincent Price, son “juicios colectivos fuera de la esfera de gobierno que afectan la toma de decisión política”.
En una sociedad democrática es un concepto de la mayor importancia, porque prácticamente coincide con el electorado; por ello es fundamental conocerla, y que sea del conocimiento público. Pero ello, lamentablemente, en el México de AMLO, es imposible.
Para AMLO es muy incómodo que la opinión pública sea una información pública, justo porque, de acuerdo con Price, afecta la toma de decisiones políticas, y para él es muy importante hacer siempre lo que le da su chingada gana.
En consecuencia, y dado que la única forma de conocer la opinión pública, lo que las mayorías nacionales piensan y desean, son las encuestas, ha incluido este campo de especialidad en su larga lista de cosas por destruir. Lo ha hecho de los modos siguientes:
- Dejando de apoyar a los medios de comunicación y a las compañías encuestadoras.
- Ofreciendo a los mexicanos alternativas absurdas para conocer la opinión pública, tales como consultas a mano alzada o a la Madre Tierra, que invariablemente generan resultados alineados a la voluntad caprichosa de AMLO.
- Al interior de su partido, simulando encuestas para justificar, también, las decisiones coincidentes con la voluntad caprichosa de AMLO.
- Las pocas encuestas medianamente profesionales que se pueden hacer, tienen ahora dificultades para captar el sentir de la opinión pública, porque hay indicios de que la gente teme dar una opinión adversa a AMLO, pues si algo está claro para todo mundo, es que AMLO es a toda madre, siempre y cuando hagas exactamente todo lo que él quiere. El fenómeno de la elección pasada en Coahuila es un claro indicio: ninguna encuesta daba por favorito al PRI, y terminó arrasando en la elección.
- Un daño colateral y terrible es el siguiente: como no hay dinero para las encuestas, han surgido encuestas automáticas de bajísimo costo, pero sin rigor metodológico, que traen locos a los candidatos. Hay algunos que todos los días se abanican con reportes de encuestas que los dan como seguros triunfadores, y prácticamente todos tienen encuestas que les indican que van a ganar.
- El siguiente daño colateral, es que será un verdadero milagro si los candidatos perdedores aceptan sus derrotas. Habrá inconformidades que habrán de dirimirse no solo en las instancias judiciales, sino también en el terreno de los chingadazos. No descarten muertos por los conflictos postelectorales.
- Para colmo de males, da la impresión de que AMLO tiene fundados temores de que no le irá bien en las elecciones para renovar el congreso, y podría finalmente soltar a su Tigre Nalgón, que cada vez se parece más al Coyote cojo, de las nalgas pintas.
Las perspectivas no son nada halagüeñas. Bien decía Jacques Necker, el célebre ministro de finanzas de Luis XVI: “Solo los tontos, los teóricos y los aprendices, dejan de tomar en cuenta a la opinión pública”. Dicho de otro modo, el manoseo de las encuestas y las consultas a la madre tierra, con chivo y gallina prieta de AMLO, estaban advertidos por Necker desde 1784.
¡Hasta la próxima!
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