AMLO se sigue equivocando.
Da la impresión de que AMLO ignora la naturaleza del amor. Parece que piensa que el amor de la muchacha (los mexicanos) es eterno, en contraposición con la sabiduría de Manuel Alejandro, que nos advierte que:
“Porque el corazón de darse
Llega un día que se parte
El amor acaba.
“Porque se vuelven cadenas
Lo que fueron cintas blancas
El amor acaba”
Su último error de consideración, es marginar a los médicos del sector privado en el tema de vacunación. Cada médico que muera en lo sucesivo por Covid-19, por no haber sido vacunado para vacunar a Siervos de la Nación, pasará irremediablemente a la cuenta personal de AMLO.
Se pierde de vista, en este nuevo eslabón de la larga cadena de errores de AMLO, que el sector médico es el que mayor reconocimiento tiene entre la población, de entre los sectores profesionales. Ser malagradecido con ellos, por la razón a trauma que sea, difícilmente será tolerado por los mexicanos. Una vez más AMLO estira la liga, acercándose peligrosamente al límite elástico, concepto que, traducido de la Física al ámbito político, significa que se empieza a valer madre.
Como bien saben quienes me leen con buena disposición de ánimo (entre los cuales hay algunos amigos chairos), yo nada espero de AMLO, y mucho menos que rectifique en sus yerros, pero mantengo la esperanza en los sectores sensatos de Morena, que sí los hay, y de ellos espero que le hagan ver a AMLO que saque la pata de donde la metió. Créanme, los médicos son cabrones.
Como al Juan Charrasqueado de Don Víctor Cordero, deberían advertirle a AMLO que se cuide, que “son muchos hombres, no lo vayan a matar”.
¡Hasta la próxima!
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