Corrupción y Pandemia, los parámetros rumbo a las urnas.

 

Cierto, si las elecciones fueran hoy o mañana, Morena arrasaría. ¡Pero no serán ni hoy, ni mañana! Y como lo reportamos ayer, ya hay signos que anuncian posibles deterioros para AMLO, y con ello para su partido, y Mario Delgado, que hizo un desmadre con sus encuestas y trae la casa incendiada, ya se anda curando en salud echándole la culpa a los gobernadores de una posible derrota.

 

Así es, las elecciones no serán ni hoy ni mañana, sino dentro de cuatro largos meses, durante los cuales pasarán una multiplicidad de cosas con potencial para modificar la correlación de fuerzas, pero entre todas ellas dos factores serán determinantes: la pandemia y la corrupción.

 

Si a más tardar en mayo la vacuna llega en la medida suficiente, para que al menos se genere una firme y esperanzadora expectativa de que ya vamos a salir de esta pesadilla, Morena saldrá fortalecida; si se les va, como hasta ahora, en puros pitos y flautas, podrán ver al Diablo por un agujero.

 

En el tema de la corrupción la estrategia de las oposiciones es pegarle a Morena y la 4T en su línea de flotación, exhibiéndoles la corrupción del presente. Tienen cuatro meses para lograr que la corrupción actual sea percibida por las masas, pero enfrentan la escasa credibilidad de los críticos. Algunos de gran jerarquía intelectual, pero disminuidos en su influencia por el San Benito que les aplicaron de chayoteros, y recientemente por la acusación de corrupción a la mismísima líder en el tema. Así es, resulta que Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, son acusados de ir en contra de la corrupción, pero no de la propia, y por mucho que aclare María Amparo Casar, palo dado ni Dios lo quita.

 

Por el lado del gobierno, los golpes judiciales contra los corruptos del ayer generan en los seguidores de la 4T un placer casi orgásmico; para muchos de ellos estos golpes son la principal razón que explica su apoyo a la 4T: ¡El paroxismo de la envidia engendrado por la ilusión de cercanía social que nos generan las redes sociales!

 

Ya no falta mucho para saber en qué pararán las misas. Por lo pronto, son tiempos de mentir  con respecto a la corrupción y la pandemia. Y da la impresión de que también son tiempos de robar y traicionar.

 

¡Hasta la próxima!

 

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