El Dr. Miguel Ruiz nos regaló, desde 1999, un hermoso libro, «Los cuatro acuerdos», que nos permite asomarnos a la sabiduría de la cultura tolteca; muy consistente con el cristianismo, pero asombrosa y maravillosamente práctica. Uno de esos acuerdos es no suponer nada: “No des nada por supuesto. Si tienes duda aclárala. Suponer te hace inventar cosas increíbles que solo envenenan tu alma y no tienen fundamento”.

 

Pues bien, discutir con algunos amigos de la 4T es muy complicado, porque siempre suponen cosas: que odiamos a AMLO, que callamos en el pasado como momias, que deseamos fervorosamente que regresen EPN o Calderón, que no nos importan los pobres, etc.

 

Es divertido cuando la discusión es intrascendente, porque es todo un espectáculo ver cómo hacen de nosotros una caricatura, y se ponen a discutir con esa caricatura, en lugar de discutir con nosotros. El campeón de la suposición es AMLO. Pero discutir con él no es divertido. El supone que los empresarios, liderados por Carlos Salazar, quieren rescatar empresas quebradas con dinero público, y no hay poder humano que lo convenza de lo contrario, por más argumentos sólidos que indiquen lo contrario. Las consecuencias de esta cerrazón presidencial están a la vuelta de la esquina.

 

Mucho bien le haría a AMLO aprovechar las enseñanzas de nuestro vector indígena. No suponer tantas cosas para que no se le siga envenenando el alma y, sobre todo, ser impecable en sus palabras. Sí, mucho bien le haría a AMLO atender la filosofía tolteca, y más bien le haría a México.