Que yo recuerde, nunca en México habíamos estado más divididos; seis años para consolidar las ideas populistas que por casi treinta años esparció AMLO: En México hay buenos y malos, y ahora que gobernamos los buenos te regalamos dinero que antes se robaban los malos (la gran mentira de la 4T).
El resultado es una polarización también consolidada, que tiene como mejor evidencia la opinión dividida sobre AMLO: Para muchos es el mejor presidente de todos los tiempos, todo bondad, un ser de luz, una deidad superior a Jesucristo; para otros es un psicópata, narcisista, maligno, mentiroso, extorsionador, perverso sexual y mental, tramposo, abusivo, traidor, alevoso, cobarde; capaz de fraudes y robos.
En este contexto, Claudia acaba de declarar que pretende gobernar para todos, al tiempo que nos dice que AMLO ha sido mejor que Juárez, Madero y Cárdenas. Esto es: Claudia pretende gobernar para todos desde uno de los polos, y con el control del poder judicial. Dicho de otro modo, gobernar para todos pudiendo chingarse a todos.
Claudia va a suceder a un presidente que acaban de abuchear en Veracruz (dictador, dictador), y por poco le meten un elotazo; un presidente al que ella admira. Ante esto:
- Es incompatible la pretensión de gobernar para todos con la admiración de Claudia por AMLO.
- Es incompatible gobernar para todos con el apoyo a la destrucción del Poder Judicial.
- Es incompatible gobernar para todos con mantener a un pedero como Noroña en la presidencia de la Cámara de Senadores.
- Es incompatible gobernar para todos con la deriva autoritaria que Claudia hereda de AMLO.
- Es más compatible con la herencia de AMLO, que Claudia haga lo que le dé la gana, como por ejemplo chingarse a AMLO.
- Es más compatible con la herencia de AMLO un Despotismo Ilustrado, que aunque no sería lo deseable, por lo menos no continuarían las pendejadas de AMLO.
En resumen: No se puede gobernar a los sojuzgados. AMLO ahora, y Claudia como herencia, pueden avasallar, someter, dominar, subyugar, doblegar, oprimir, esclavizar, tiranizar, abusar, vencer o asesinar a los mexicanos vencidos, pero no gobernarlos. Para ello, tendríamos que ser ciudadanos libres.
Salvador Borrego, Ph.D.
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