Este día he recibido varias invitaciones de amigos, para enviar una carta exigiendo la inmediata dimisión de AMLO, a nombre de el Pueblo.

 

No enviaré la referida carta por las siguientes razones:

 

1. Mi labor profesional es apoyar a los actores políticos en sus proyectos proselitistas o de gestión pública, y aunque algunos me sacan la vuelta porque me asocian con el PRI, el servicio está disponible para todos, y esto es incompatible con la participación política.

 

2. Porque es falso que la dimisión que se solicita sea una demanda de el Pueblo. Hasta la semana pasada AMLO tenía una aprobación superior a 60%. Y aún si fuera mucho menor, tenemos el antecedente de que un cambio abrupto de presidente es algo no deseado. En los peores momentos de EPN, con aprobación abajo de 20%, a pregunta expresa el Pueblo decía que no quería que renunciara.

 

3. La mejor forma de escuchar al Pueblo es realizar una buena encuesta. No es hoy voluntad del Pueblo que dimita AMLO, como tampoco fue deseo del Pueblo cancelar el NAIM, derogar la reforma educativa, dar amnistía a criminales, cancelar la cervecería de Tijuana, etc.

 

Los actores políticos tienen plena libertad para equivocarse en su praxis. Es su derecho equivocarse. Tarde o temprano, pero siempre, el Pueblo les pasa la factura.