¿Me quieres, o no me quieres?

 

El presidente nos ha urgido a una definición política: estamos con la transformación o estamos en contra de la transformación. ¡Qué difícil! Sobre todo para el 40% de los mexicanos, en edad de votar, que no tienen ningún interés en la política.

 

Por otra parte, para qué tendríamos que definirnos, si sus seguidores que están en nuestro entorno social, ya nos definieron como conservadores, odiadores de AMLO, neoliberales y corruptos, solo por no alabar al presidente y justificar todos sus errores.

 

Yo creo que el presidente siente pasos en la azotea, se está deteriorando ante la opinión pública. La muchacha (la opinión pública) se le está poniendo rejega, y en vez de echarle talento para reconquistarla, mala cosa, la presiona. Quien sepa un mínimo de amores sabe que la muchacha, ante los apremios, se aleja.

 

Tranquilo señor presidente, muchos mexicanos esperan tranquilos los tiempos electorales para decidir si lo apoyan o no, y para otros como yo, que pocas cosas tomamos en serio, su transformación es solo una comparsa del carnaval político, que queremos disfrutar.