LA VERDAD ESTÁ AHÍ FUERA

El título de esta reflexión fue el lema de la exitosa serie televisiva “Expedientes X”. En ella, dos agentes del FBI investigaban diversos casos relacionados con lo paranormal o lo misterioso. Y se me hace muy de aplicación al espíritu de las mediciones sobre la opinión pública que realiza SABA Consultores, porque algo de misterio hay siempre en política y poder. Hay una verdad que está ahí fuera, que es necesario conocer, y que en gran cantidad de ocasiones difiere del patrón oficial que se nos quiere transmitir. Y no sólo eso: tal vez, y si cabe aún más importante, la gran utilidad de los monitoreos de SABA resida en la posibilidad de diferenciar los hechos en sí de la percepción que el público tiene sobre los mismos. Tenemos, de un lado, lo que sucede, y de otro, la impresión que causa en el pensamiento de la gente. Relacionar ambos conceptos, hechos y percepción sobre ellos, es seguramente la tarea principal de estas valoraciones.

Como ejemplo, sírvanos el acontecimiento que más ha impactado a la opinión pública en los últimos días. Es algo que tal vez haya que recibir con alborozo como signo de reacción del espíritu crítico popular, que decíamos parecía ausente ante la fascinación general por el triunfo de AMLO. Me refiero a la liberación de Elba Esther, que se sitúa en primer término de las noticias que los ciudadanos han tenido presentes, prácticamente al mismo nivel que la victoria electoral del tabasqueño. A ese respecto, también disponemos de unos datos que nos indican que una mayoría amplia está en desacuerdo con el regreso a escena de la poderosa maestra, y que además esa mala opinión tiene tintes de una fuerte aversión hacia su persona. Intentemos el difícil ejercicio de aplicar la lógica: el entorno de Gordillo apoyó a Andrés Manuel en campaña; lo primero que hizo la lideresa sindical fue proclamar su libertad y el consecuente derrumbe de la reforma educativa; casi acto seguido, López reafirmó su intención de revertirla, siendo, por cierto, la única de las reformas estructurales contra la que parece que actuará. La fiscal, ni se ha nombrado, y Bartlett ya afirmó que no se tocará la energética. He leído y oído multitud de interpretaciones sobre la absolución de Elba Esther, y muchas de ellas desvinculan de ello a Andrés, bien proclamando la independencia del poder judicial, bien atribuyendo al mismo la perversa capacidad de generarle de forma deliberada un problema al nuevo Presidente. Otros, dando por sentado que la independencia judicial no existe, añaden el asunto a la larga lista de pecados de Peña Nieto, pues, según ellos, AMLO aún no llegó al poder y no puede influir en tales decisiones. Estos son, curiosamente, los mismos que afirman día tras día que quien manda en el país es Salinas de Gortari. La lógica parece decir que entre Gordillo y López hay sintonía, con lo cual poca incomodidad puede generarle a este su liberación. Saque cada cual su propia conclusión. Otra cosa es que el equipo de Andrés Manuel deba manejar la situación con infinito tacto, porque la compañía de la maestra, aunque parece que será obligada, no genera buenas sensaciones. Podría ser un buen “Expediente X”. Aún y con el amplio crédito del que sigue gozando el Presidente electo.

Esto último lo corroboran el resto de los datos, que siguen siendo los mismos en prácticamente todos los indicadores. También permanecen las incógnitas. Se afirma en medios internacionales que la izquierda mexicana llegó por fin al poder, y es una de las cosas que está por ver. ¿Se frenarán la corrupción y la violencia? ¿Habrá una verdadera regeneración o asistiremos a un reparto del poder protagonizado por los mismos perros con distintos collares? ¿Representará por fin Andrés Manuel la realización de los siempre invocados valores revolucionarios o México regresará a un caudillismo trasnochado y autoritario, sin aplicación práctica en la época actual? Se dice ​que su caudal de apoyo popular y la ilusión generada merecen al menos el beneficio de la duda. Habrá, por tanto, que asumir el otro lema de la serie televisiva mencionada: “I want to believe”. Yo quiero creer. Justo por eso hay que seguir buscando esa verdad que está ahí fuera.