Desde el 2003 le he dado seguimiento a las elecciones presidenciales en México. En la del 2006 advertí con mucha oportunidad (desde mediados de marzo) que la soberbia y cerrazón de AMLO podría llevarlo a la derrota, y así fue.

 

AMLO no tuvo la decencia de aceptar que perdió en el 2006 por sus errores, echando por tierra muchas ilusiones. Era más rentable hablar de fraude, una mentira que fue aceptada por sus seguidores, y hasta nuestros días la repiten con una convicción digna de mejor causa.

 

Pues ahora resulta que Pedro Ferriz de Con y otras personas, quizá con la anuencia de Xóchitl, pues al menos no los ha descalificado, traen la ventolera de un Algoritmo y una Ley de Benford, que les lleva a concluir que quien ganó la elección, y por muy amplio margen, fue Xóchitl sobre Claudia.

 

Todo el día he estado recibiendo mensajes ilusionados de algunos compañeros afines a Xóchitl, y he tenido que partirles el corazón al decirles que los resultados de las urnas son no solo auténticos sino lógicos.

 

Lo que hace lógicos los resultados es lo siguiente: AMLO tiene una aprobación superior al 70%, y su mayor fortaleza son los beneficiarios de sus programas sociales y sus familiares que comparten hogar, que representan un porcentaje similar.

 

En cualquier pregunta, cualquier opinión que se indague, si se conoce la postura de AMLO sobre el tema, cargará a todo ese contingente en opinión coincidente con la de AMLO. Por ello elegir jueces, ministros y magistrados, es elegir a los más afines a AMLO.

 

Es tal el poder de AMLO, que en la elección para gobernador en Nuevo León del 2021, cuatro mañaneras consecutivas dedicadas a descalificar a Adrián de la Garza, fueron suficientes para descarrilarlo. Imaginen el impacto con más de 50 mañaneras en favor de Claudia y en contra de Xóchit.

 

El Mega Fraude Electoral no fue en las urnas, sino durante el proceso, por las intervenciones presidenciales contraviniendo, violando las leyes electorales. El mismo TEPJF lo constató, pero luego se hizo pendejo al calificar la elección. ¡Debió anularla!

 

Sin embargo, pensando en las urnas, lo que he estado explicando a mis amigos es lo siguiente:

 

En el lenguaje común una Ley se entiende como algo siempre válido; apoyan esa idea leyes como la de Boyle Mariotte, o la de Gravitación Universal, cuando el mundo era determinístico.

 

Pero en Estadística, aunque se les sigan llamando leyes, no significa certeza sino verosimilitud o plausibilidad. Por ello andamos con márgenes de error y niveles de confianza.

 

Pero lo más grave, respecto de la ventolera que trae Ferriz de Con, es que están trabajando con base en resultados electorales de casillas que no son una muestra aleatoria, sino las que van consiguiendo, y ahí se pierde todo intento de usar la estadística para fundamentar juicios.

 

Lo que hicieron en Venezuela con los “comanditos” es otra cosa. El juicio de que ganó González está basado en la Aritmética, no en la Estadística.

 

En resumen, no creo que esos esfuerzos progresen.

 

Deberían buscar la anulación en abstracto, que así le dicen, por las violaciones de AMLO a las reglas de competencia.

 

Deberían también concentrarse en la sobrerrepresentación y en formar un nuevo partido político.

 

Así las cosas, compañeros. Siempre será más conveniente acusar de fraude, que aceptar que las derrotas son consecuencia de los errores.

 

Por cierto, sigo sin entender por qué AMLO ensució innecesariamente la elección, a grado de deslegitimar a Claudia. ¡Pronto lo sabremos!

 

Salvador Borrego, Ph.D.
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