Fue un marzo de 2006, el 12 o 13, cuando advertí que AMLO enfrentaba su primer gran escollo, consecuencia del fenómeno Ortalis Vetula (chachalaca para los cultos). Así como aquel vidente que recomendó a Julio César cuidarse en los idus de marzo, en el lejano año 44 a. C., yo advertí que si AMLO perdía la elección, en mucho sería por ese incidente. Ni en un caso ni en otro se tomaron providencias, y las profecías se cumplieron. Julio César fue asesinado y AMLO perdió la elección.

 

Hoy, catorce años después, AMLO debe cuidarse, otra vez, en los idus de marzo. En tres meses su aprobación pasó de 69.9% a 45.3%; su partido Morena, en identificación partidista de los ciudadanos, pasó de 34.6% a 13% y el 25.5% que lo consideraban el mejor político de México, se redujo a 9.5%.

 

Como hace catorce años, advierto lo siguiente: si la presidencia de AMLO fracasa rotundamente, estos resultados del 6 de marzo del 2020, serán determinantes.

 

¿Me harán caso ahora? La verdad, ¡no lo creo!