Algunos se sorprenden cuando les digo que, el concepto fundamental de Encuesta, se lo debemos a Don Carlos Marx.
Fue en tiempos de la Comuna de París (18 de marzo a 28 de mayo de 1871), la primera Dictadura del Proletariado, según Marx y Engels, cuando al Carlangas se le ocurrió preguntarle a un grupo pequeño de obreros sobre sus condiciones de trabajo, con el propósito de conocer su situación. Esto es, conocer la opinión de una población (todos los obreros) tomando la opinión de unos pocos (muestra), esto es: ¡una encuesta!
La encuesta primigenia de Marx era tendenciosa, esto es, inducía las respuestas, pero defectos cuando surgen las cosas son entendibles y justificables. Veamos
¿Recurre tu patrón a triquiñuelas para hacerte deducciones en tu salario? ¿Es la calidad un pretexto para hacerte deducciones fraudulentas en tu salario?
A lo largo de estos 153 años, la Encuesta ha evolucionado, han surgido ideas innovadoras, se ha sustentado en la Ciencia Estadística y finalmente se ha degradado en propaganda. Aún así, casi todos los encuestadores, hasta los más pendejos, saben que las preguntas de encuesta no deben inducir las respuestas.
¡Sin embargo! ¡En Morena! ¡Nos acaban de regresar a Carlos Marx! No por comunistas, pero sí por pendejos. Veamos la pregunta que hicieron en las encuestas innecesarias que hoy publican:
“El presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum…….” Pónganle lo que sea después de esta frase, las respuestas se alinearán de acuerdo a lo que AMLO y Claudia desean. Esto es, esta pregunta induce las respuestas.
Cualquier encuestador con un mínimo de conocimientos y decencia, se habría negado a participar en esta farsa, así como el Lic. Ignacio R.
Morales Lechuga rechazó la invitación de AMLO para hacerle al pendejo participando en las elecciones para ministros, jueces y magistrados.
¡Así las cosas, compañeros!
Salvador Borrego, Ph.D.
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