Recuerdo el eclipse parcial de sol del 29 de septiembre de 1960. En un querido pueblito de la franja fronteriza tamaulipeca, que venturosamente conserva su emblemático Chalán; de múltiples solares, y en una casa de grandes patios, que permitían, además de una gran libertad para los juegos infantiles, tener un gallinero al fondo del patio. Lo que más recuerdo de aquel eclipse, es que tan pronto empezó a oscurecer las gallinas que andaban sueltas se treparon al árbol para disponerse a dormir, y las que estaban en el gallinero se subieron al palo (en los gallineros había un palo).
Pues bien, estamos a punto de presenciar un eclipse total de sol, que la ciencia de Newton nos anticipó con toda precisión.
Lo interesante es que anoche tuvimos un debate presidencial en México, y pretendemos juzgarlo sin criterios uniformes para hacerlo, y con el agravante de que desde que AMLO acendró el populismo en México, su discurso polarizante y sus dádivas mantienen eclipsada a la razón, a la inteligencia y al sentido crítico de los mexicanos. Ante esto y el debate:
- Es claro que el eclipse mental en que vivimos hace que Claudia lidere la contienda y que cualquier encuesta bien hecha, pero haciendo la más pendeja de las preguntas: ¿Quién ganó el debate?, indicará que Claudia ganó el debate.
- Otro factor que influye en la valoración del debate, es el criterio con el cual se juzga: Algunos intelectuales esperaban ver propuestas, retóricas impecables, y otras cosas que asumen un electorado de voto razonado.
- Otros, como yo, pensamos que la divisa de un proceso es la intención de voto. En tal sentido, por ejemplo, le di la máxima puntuación a Jorge, cuando se dirigió en lenguaje de señas a la audiencia. Para mí eso es una mamada, pero como mueve las fibras emocionales, lo califiqué alto.
- En términos generales creo que Claudia acertó en su estrategia, que era salir lo menos aporreada del debate. Ella es la beneficiaria directa del eclipse mental en que vivimos. Quienes aprueban a AMLO, reciben apoyos y andan en escolaridad e ingresos bajos, la debieron ver divina, y por supuesto triunfadora en el debate. Para ella eso es suficiente, salvo que los indicadores políticos que les daré a la media noche de hoy indiquen otra cosa.
- Xóchitl y sus genios equivocaron la estrategia general de campaña. Lo adecuado era una de un nivel de complejidad más allá de la víscera y capacidades de su equipo, pero en el punto actual sale más caro corregir que insistir en el “error”, porque de dos meses a la fecha los gringos traen apuntalado a AMLO mientras le resoplan en la nuca. Dicho de otro modo, como ocurre en muchas cosas, lo que pudo ser un error ahora podría ser un acierto.
- En consecuencia, la estrategia de Xóchitl, que se podría titular “no mercy”, porque invitó al debate a todos los muertos que Claudia traía en su closet, ante la madriza que los gringos le están poniendo a AMLO, Ecuador incluido, podrían generar una sinergia que rompa el sólido apoyo a la 4T, empiece a amainar el eclipse de la razón en que estamos, y entonces sí se empiece a cerrar la competencia.
- Hay factores que deberían beneficiar a Xóchitl pero que también se afectaron con el eclipse a la razón, que ha derivado en un gobierno autoritario e indolente pero popular, en especial:
- Los grandes empresarios, que ante presiones fiscales nunca antes vistas, como las gallinas referidas, ante el eclipse de la razón se subieron al palo. Algunos han quedado ensartados y parece que están a gusto.
- La intelectualidad también ha empezado (una vez más) a dar las nalgas. Ellos llevaron a AMLO a la presidencia, y aunque ahora no son casi todos, ya se advierten algunos renovando la fe perdida en Morena; algo que se aprecia también en nuestros hipocentros en el apoyo que Claudia recibe de personas con doctorado.
Entre hoy y mañana tendremos más claridad sobre los efectos del debate en la correlación de fuerzas. Todo lo demás, son puras mamadas.
Salvador Borrego, Ph.D.
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