Tú eres aquello que haces, no lo que dices que harás. Carl Gustav Jung.
La correlación de fuerzas, tanto entre partidos como en cuanto a aspirantes a la presidencia, sigue más o menos igual. Los datos recabados por SABA Consultores el pasado lunes nos dicen que se moderaron los valores de AMLO y Morena, pero sólo para regresar mansamente a sus promedios. En cuanto a Claudia, sigue cabalgando a lomos de la gran popularidad de Andrés Manuel, y mantiene ampliamente sus distancias con su principal oponente. Quintuplica a Xóchitl en respuesta espontánea y la cuadruplica en intención de voto. La candidata del Frente, sin embargo, revierte su alerta positiva previa en el “Top of mind” de aspirantes, alerta que fue flor de un día, fruto seguramente del cierre de precampaña. Pronto se le ha ido el gas a la primera soda en destaparse. La otra novedad, en mi opinión pequeña, es que Álvarez Máynez y MC parecen mostrar signos de vida en su pugna particular por no ser meras comparsas en este proceso.
Ya se verá su evolución. En todo caso, todo indica que su presencia servirá, como mucho, para minar las ya de por sí exiguas fuerzas del Frente, pues quienes favorecen los avisos favorables para los naranjas son estratos que abandonaron a AMLO, como los de más estudios. Hay algo más: en la intención de voto aparecen alertas negativas en el porcentaje de quienes no tienen preferencia por ningún candidato. Y en ellas, figuran los de ingresos más bajos. Así que los más pobres lo que sienten es más bien desapego, desánimo, y desde luego, escaso compromiso. Quizá desesperanza. Conviene hoy hacer una acotación, más por método y prudencia que otra cosa. Apenas nacieron a la vida estos datos, se dio a conocer, desde USA, la posible financiación de la campaña de AMLO en 2006 por el cártel de Sinaloa. Por lo tanto, es obligado guardar espera por si se diera el excepcional caso de que tales informaciones golpearan al presidente y, en consecuencia, a su candidata. Lo veremos la próxima semana, pero soy escéptico al respecto.
La base en la que se apoya la 4T viene ignorando cuantas evidencias surjan sobre el proceder del presidente y su entorno, y ahora no tiene por qué ser una excepción. Eso no impide razonar y sacar conclusiones. Primero, si esa relación con el narco viene de tan atrás, ¿por qué se desvela ahora?. Segundo, que lo lógico es que esos lazos, de existir, permanezcan y se hayan reforzado, y de ahí la preferencia presidencial por abrazar a los delincuentes en lugar de combatirlos. Así que se explican muchas cosas, incluso el aplauso general de los desheredados, que además de vivir dependiendo de los programas sociales, son los sectores que más cerca sienten la presión del frío hierro de la delincuencia. Es el aplauso forzado fruto de la coacción a quienes no pueden y la pasividad de quienes podrían.
Y hablo de pasividad porque hay que insistir en otra cuestión de extrema gravedad que posiblemente sea corolario de lo anterior. La intención acelerada de López Obrador de liquidar contrapesos y organismos autónomos. Y vemos cómo la oposición pretende respaldar las reformas para evitar, dicen, que sean utilizadas durante el proceso electoral. Traducido: el grosero espectáculo del reparto de curules y la comunión con ruedas de molino con tal de que Alito, Cortés o Zambrano no pierdan su trozo de pastel. La alerta debería ser máxima, pero el adormecimiento es general, así que Xóchitl lo tiene difícil, y más si sigue tan mal aconsejada como parece, insistiendo en la confrontación y sin proponer alternativas. En cuanto a la 4T, incluso otorgando el beneficio de la duda sobre su vinculación con el narco, solo cabe recordar que la democracia, aun imperfecta, es un juego de frenos y contrapesos. Quien no quiere estos difícilmente desea aquella. De malos moros no se puede hacer buenos cristianos.