-El alto costo del fracaso de las reformas.
Para comprender la complejidad del panorama político generado por el gasolinazo –el suceso más presente en la opinión pública–, hay que remontarnos a la campaña presidencial del 2012.
Desde el proceso electoral de aquel entonces existía la incertidumbre entre actores políticos y partidos sobre cómo actuaría AMLO ante una eventual derrota.
Primero, se convocó a firmar un “pacto de civilidad” que asegurara que no habría un conflicto post electoral y que los perdedores acatarían el resultado de la elección. Segundo, después de elegirse al –ahora– Presidente Enrique Peña Nieto, se logró consolidar el Pacto por México, que sería una especie de continuidad de la unidad partidista o “civilidad” mostrada durante la campaña. El objetivo principal del Pacto por México era darle viabilidad a las propuestas que tuviera el ganador de la contienda, en este caso Peña Nieto.
La propuesta más ambiciosa del nuevo Gobierno federal era el paquete de reformas llamadas estructurales, las cuales planteaban –entre otras cosas– la desregulación y apertura del mercado energético para, en teoría, atraer inversión, aumentar la competencia y llegar al anhelado “progreso”.
La más controversial de las reformas fue la energética, ya que se le acusó de subastar la riqueza petrolera de la nación para beneficiar a particulares y transnacionales. Esta postura vino únicamente de la izquierda encarnada por Andrés Manuel López Obrador, la cual fue descalificada y muchas veces adjetivada de “apocalíptica” o “alarmista”.
Regresando a la actualidad, se puede palpar el grave fracaso de las reformas: ni los combustibles ni la energía eléctrica baja de precio –a pesar de haber sido una de las grandes promesas de la reforma–, a la par de que PEMEX está en niveles deplorables de productividad desde hace meses.
El alza a los combustibles viene a representar un “se los dije” de AMLO, quien capitaliza este escenario: se fortalece con alertas positivas en Top of Mind y “mejor opción para la presidencia”.
El Presidente se deteriora fuertemente en su aprobación y “muerde el polvo” con un valor de sólo 11% en el Monitoreo. El PAN y Margarita Zavala también se deterioran, todo posiblemente por el resultado de la reforma y el alza a la gasolina.
Políticos del PRI y el PAN tratan de deslindarse del resultado catastrófico de las reformas, incluida la fiscal, ya que mientras el PRD acusa al PAN de haber votado la energética, el PAN acusa al PRD de haber hecho lo mismo con la fiscal. Ambas funcionan en conjunto y arrojan un escenario catastrófico para las familias mexicanas. Demasiado tarde para echarse para atrás, o al menos así parece percibirlo un segmento importante de la ciudadanía.
La capitalización de AMLO sobre este escenario caótico no es un resultado al azar, sino consecuencia de haber tomado una postura desde hace años y no cambiarla, hasta que la realidad le beneficia y hace veraz su señalamiento de que serían un fracaso.