Preferiste la traición y la complicidad con la muerte. – Javier Sicilia.


El día de hoy es una excepción. El análisis de los datos de SABA Consultores sobre la opinión pública no comienza con la habitual cantinela de que nada se movió. Aunque sí con una sensación de cierta perplejidad, pues aunque se mueven bastantes indicadores, no parecen señalar hacia qué rumbo.


Todos tienen un pero, y me explico. En lo que se refiere a la facción gobernante (y es triste tener que hablar de “facciones”, pero así lo ha querido el presidente con su polarización), Morena camina hacia la consolidación de un desgaste como partido en intención de voto. Pero su candidata se mantiene estable en ese mismo rubro, cuando se trata de aspirantes.


No obstante, Claudia alcanza una advertencia negativa en la respuesta espontánea sobre candidatos. Pero AMLO, en ese indicador, lo compensa con un aviso positivo que nos habla de un deseo, por ahora, imposible: su reelección. Los datos concretos sobre Andrés Manuel nos dicen que mantiene su estabilidad en aprobación y desaprobación, y se deteriora hasta el aviso negativo en la calificación media.


Pero, al ya reseñado aviso favorable en el “Top of mind”, hay que añadir otro en el indicador de mejores políticos, que sólo cabe interpretar como un aumento del entusiasmo de sus seguidores más acérrimos. En la vereda contraria, Xóchitl se recupera de sus advertencias negativas previas en los apartados en la respuesta espontánea sobre aspirantes, y el frente hace lo propio en intención de voto.


Pero, desde luego, no muestra aún síntomas de remontar, y se mantiene una muy amplia distancia entre ella y Sheinbaum. Siguió descendiendo el interés por la política, en una deriva lenta pero continua que se inicia al principio del sexenio. En cualquier caso, aumentó de manera notoria el número de indecisos, pero no el de detractores de AMLO, y esto último tiene gran importancia. Todo es un sí, pero no, pero tampoco.


Es un hecho capital que, frente al desgaste de su partido, los seguidores de Andrés Manuel cierren filas en torno a él, porque a pesar de sus presuntos vínculos con el narco, no hay ni sombra de una reacción en su contra, más allá de la opinión publicada. De hecho, en el “Top of mind” sobre acontecimientos ni tan siquiera aparece una mención al asunto.


Eso sí, un tercio de los ciudadanos citó algún hecho relacionado con la delincuencia, quedando así muy lejos, por ejemplo, la atención a las elecciones. Quizá en la marcha del domingo se echaron en falta reivindicaciones sobre la inseguridad. Como dice el Evangelio, de no hacerlo, algún día podrían gritarlo las piedras del camino. Cabría esperar que lo dicho, dirigiéndose a AMLO, en la frase que antecede este texto, podría ser compartido por todo mexicano de bien, sobre todo por aquellos que no sufren el drama de la dependencia de un subsidio.


En estos últimos, tristemente, prima la mordaza que genera el terror y la cautividad de su voto. Quienes tienen capacidad económica de influencia, en cambio, parecen hallarse como pez en el agua. Carlos Slim dice que todo va de lujo, menos la seguridad, como si fuera asunto menor que no anduviera desangrando a la Nación. ¿Es decepcionante esa actitud? No tanto. Los toros se ven muy bien desde la barrera de los poderosos: ahí tienen a Salinas Pliego, otro potentado bien cómodo con la 4T; o a Iberdrola, que ha dejado de repente de ser el ogro neocolonial para pasar a ser un socio preferente.


Todo lo anterior genera una expectativa de incertidumbre, pero no lo suficiente para vislumbrar cambios en el horizonte. Claudia sigue con gran ventaja para alcanzar la presidencia, y, si le toca ejercer su mandato, la sombra de AMLO se ve alargada. No obstante, en política, uno de los mayores dislates es actuar como si se dispusiera de omnipotencia y eternidad. Si, con Protágoras, admitimos que el hombre es la medida de todas las cosas, todo tiene limitación humana, y creo que nada tanto como el poder.