-COMPLICIDAD DEL BRONCO CON DIPUTADOS Y ALCALDES PARA AUMENTAR IMPUESTOS, SÓLO GOLPEA LOS NÚMEROS DEL GOBERNADOR.
-ENFRASCADO EN SU INTENCIÓN DE HACER UN GOBIERNO “MUY BIEN PORTADO CON LOS BANQUEROS”, EL BRONCO IGNORA LA REALIDAD DEL DESCONTENTO Y EL REPUDIO.

La complicidad entre el Gobernador JRC, diputados de diferentes partidos y alcaldes para aumentar impuestos, incrementar la deuda y pagar más intereses -tema que más ocupa la mente de los entrevistados por SABA Consultores con un 12.2% de ellos hasta el 17 de diciembre- afecta más los números del Gobernador que los de los alcaldes.

El Bronco cae en aprobación con sólo 20.6% y en calificación general con un 5.4, y ambas le indican alerta negativa, es decir, una caída brusca el día 17 de diciembre. Además, el hecho de que un 60.5% de los entrevistados piense que la inseguridad o la delincuencia son el principal problema del Estado, también deteriora al Bronco en sus calificaciones en seguridad pública con un 5.0.
Sin embargo, la caída más significativa del Bronco se da en los números electorales. Sólo un 18.7% votaría por él “Si de nuevo hubiera elecciones” y un muy bajo 19.9% piensa que el Gobernador debe postularse para la presidencia de la República.

Los alcaldes sólo son afectados por el alza de prediales en su calificación general como grupo, donde obtienen un 6.4 que les indica alerta negativa, mientras que su aprobación se mantiene estable con un 53.5% de promedio en el periodo medido.

Por el contrario, el Gobernador Jaime Rodríguez Calderón obtiene dos alertas negativas en Monterrey y en San Nicolás con un 5.5 y un 4.5, respectivamente.
Hay que hacer notar que el estado mental del Bronco parece inmune al descontento ciudadano, como se vio en su reacción ante el abucheo en su contra en una función de box la semana pasada, a la que respondió que de todas formas “la tenencia va…”.

Esta actitud empeora el efecto de sus acciones, todas decididas en función de lograr un gobierno “muy bien portado con los banqueros”, sacrificando al Estado y a la gente, pero el Gobernador no parece percibirlo y vive enfrascado en un pleito callejero con la ciudadanía, a la que busca “matarle el gallo” con sus argumentos y frases torpes.