De los números obtenidos por Saba Consultores hasta el 21 de octubre, podemos obtener un cuadro general del estado mental que guarda la ciudadanía en este periodo de, como dijo recientemente Fernando Elizondo, “campañas disfrazadas”. Todos los aspirantes obtienen, sumando sus porcentajes de apoyo, un 28.7% del total de los entrevistados en el Top of Mind o intención espontánea de voto. Eso quiere decir (y hay que enfatizarlo aquí aunque sea obvio de acuerdo a ese porcentaje) que menos de la tercera parte de los entrevistados forman parte de los seguidores de algunos de esos 27 aspirantes considerados por Saba en sus mediciones.
Además hay un 71.2% de los entrevistados que no votarían por ninguno, que no saben o no contestaron. Por esa razón, es importante averiguar en qué andan pensando los ciudadanos y ciudadanas en general, o en qué estado mental pueden estar.
Por principio, se deja ver una especie de abulia social, puesto que un 51.1% de los entrevistados dijo no tener presente ningún acontecimiento de los ocurridos en este periodo. Es decir, más de la mitad mantienen su indiferencia frente a sólo un 15.4 % que dice que únicamente lo ocurrido con los estudiantes normalistas en Guerrero, es lo que tienen más presente, y un 11.3% que dice tener más presente al Ébola. Los demás acontecimientos obtienen porcentajes menores.
Así que es aproximadamente una tercera parte de la población la que sigue interesada en los diversos asuntos políticos y sociales y esto se deja ver claramente en el hecho de que un 69.8% de los entrevistados no tiene ninguna preferencia partidista. La pregunta es, entonces: ¿por qué la indiferencia de la mayoría de los ciudadanos?, ¿por qué esta abulia o, mejor dicho, anomia social? No podríamos atribuir esta abulia a alguna clase de condición genética o racial de los mexicanos y los nuevoleoneses en particular, o alguna predisposición cultural o étnica, dado que en esta ocasión un 51./% de los entrevistados dijo estar interesado en la política y hace apenas unas semanas estos llegaron a ser mas de un 58%, que quiere decir que no es tanto la indiferencia ante la cuestión pública de parte de los ciudadanos, sino más bien la indiferencia ante las acciones de gobierno o ante los partidos y sus figuras conocidas.
Esto también querría decir que el mensaje que los políticos están enviando a la ciudadanía en general no es atractivo o no llena sus expectativas.
Esto, necesariamente es resultado de la banalidad y la frivolidad –ya lo dijo el diputado Javier Treviño— del lenguaje y las acciones de los aspirantes y funcionarios. El lenguaje de “nivel intelectual cero” y el método Chavana para manipular a la ciudadanía, propicia esa indiferencia y abulia de los potenciales votantes en contra de toda la cuestión pública y no sólo de tal o cual figura o aspirante.
Esa frivolidad y superficialidad junto con el asistencialismo que busca comprar las almas, es la causa de este desencanto ciudadano. Como quién dice, los políticos llevan “en el pecado la penitencia” por lo que hacen, justo en un momento de grave crisis institucional para el país por los acontecimientos de Guerrero y de una inminente tormenta económica debido a la caída de los precios del petróleo, que convertirá a la reforma energética y al supuesto “boom” petrolero, en un mal chiste.