-Ante un panorama político incierto y deteriorado, la oposición se fortalece; AMLO, el gran ganador.

En la lectura política tradicional de analistas y círculos de opinión, los diversos candidatos y opciones políticas se fortalecen con base en lo que hagan, digan o dejen de hacer, sin embargo, las condiciones nacionales -y globales- sugieren que esta dinámica no determinará el comportamiento político de la sociedad mexicana rumbo al 2018.

Tradicionalmente, los candidatos se mueven en un entorno “controlado” de campañas políticas, emitiendo declaraciones o haciendo propuestas para agradar a sus posibles votantes, mientras que la estructura social y de poder se mantiene en la normalidad: estados ofreciendo servicios, gente pagando impuestos, gobernadores y legisladores haciendo su trabajo e instituciones funcionando. Pero esta “normalidad” ha ido desapareciendo gradualmente; ahora los gobernadores son acusados de corrupción y algunos ex gobernadores huyen, los diputados no gozan de mucha aprobación de la ciudadanía y los servicios que brindan las administraciones públicas cada vez son de menor calidad, desde deficiencias en el área de seguridad hasta desabasto de medicamentos en sector salud.

Estas condiciones atípicas dentro de las administraciones públicas han creado un entorno inestable donde las campañas ya no sólo se mueven en un ambiente de propuestas, sino de condiciones sociales que las deterioran o fortalecen.
Un claro ejemplo de lo anterior es el triunfo de Donald Trump, quien se vio beneficiado por las circunstancias deterioradas en términos económicos para muchos norteamericanos, a pesar de su poco refinado lenguaje en campaña. Los altos costos del seguro universal de salud ofrecido por Obama, la constante fuga de empleos hacia otros países –México incluido– generaron un malestar que convirtió a la candidatura de Trump en un receptáculo. Poco podía hacer el candidato para modificar esas condiciones, aunque sí las capitalizó.
Lo mismo parece ocurrir con la oposición mexicana. El PAN se fortalece en intención de voto por partido con una alerta positiva mientras que las Alternativas Independientes lo hacen con una advertencia positiva en “simpatía partidista”.

Estos movimientos se dan a la par de que el Presidente Enrique Peña Nieto se deteriora en sus calificaciones altas. Parece haber una correlación directa entre el deterioro del Presidente y el fortalecimiento de la oposición. El más beneficiado de esta dinámica es Andrés Manuel López Obrador, ya que presenta diversos movimientos positivos: alerta positiva en “mejor político” y advertencia positiva en “top of mind”.

En la tabla de acontecimientos más presentes para la población se puede observar que los temas del desfalco del ex Gobernador Javier Duarte y la renuncia de Agustín Carstens se encuentran posicionados de forma relevante para los ciudadanos, sugiriendo un clima de inestabilidad generalizada.
Estos dos sucesos apuntan a temáticas que AMLO ha impulsado durante años: la corrupción política y el deterioro económico. El tema de la corrupción lo planteó como un problema prioritario en la campaña de 2012, aunque en ese momento no generaba tanto interés como ahora.

Lo que lo pone en mejores circunstancias que cualquier otro personaje de oposición, es que AMLO no tiene competencia dentro de su partido, es el candidato “único” dentro de MORENA. Los militantes del partido no quieren a otro personaje y tienen bien claro quién será su candidato, pues ante la pregunta de “¿quién le gustaría que fuera candidato de MORENA?” obtiene un 21% en contraste con el 1% que obtiene Marcelo Ebrard.

Diferente situación a la de los demás partidos donde las contiendas internas se complican, como en el caso del PAN, el PRI e Independientes, donde varios precandidatos obtienen números similares sugiriendo posibles divisiones.

El caso del PRD es interesante, ya que AMLO se posiciona mejor dentro de las opciones del Sol Azteca. Parece que su militancia se da cuenta que poco pueden hacer solos, y que una alianza con el PAN podría ser mal vista por sus bases.

El interés en la política aumenta con una alerta positiva posiblemente a raíz del tema de Carstens, la presidencia de Trump y el caso de Javier Duarte. Este interés beneficia directamente a la oposición.