La legitimidad del voto útil.
Anoche participé en el programa “Nuevo León Decide 2021” del Canal 28, conducido de manera muy sensata por Guadalupe Meza, Gerardo Nevárez y Julio César Cano.
Entre las inquietudes de las personas que previamente se entrevistaron en la vía pública, una que me llamó la atención fue sobre cómo deberían orientar su voto, ante la confusión que generan las encuestas que dan por punteros a varios de los candidatos. Sobre esto hice algunos comentarios más o menos cómo sigue:
Una forma de juzgar la credibilidad de una encuesta, accesible a todos, es lo que en Metodología de la Ciencia se conoce como Validación Externa. Juzgamos la validez de una encuesta, de acuerdo a este criterio, en función de qué tan razonables nos parecen sus resultados. Es claro que para ello debemos hacer un gran esfuerzo de objetividad, y dependerá también de los elementos de juicio que cada quien posea. Opcionalmente, podemos orientarnos con base en el juicio de alguien a quien le reconozcamos conocimientos profundos en el tema político e imparcialidad.
El voto debe orientarse en concordancia con nuestra convicción de quién, de los candidatos, representa la mejor opción para gobernador, aunque pensemos que difícilmente ganará. Esto no es un partido de fútbol, donde el triunfo o la derrota nada significan objetivamente en nuestras vidas (aunque nunca faltan alucinados para los cuales lo es todo). Aquí sí pagamos las consecuencias de una mala decisión. A la elección presidencial de 2018, yo la llamo “El error del 18”; nos apendejamos, ¡ni modo!
Una excepción a la idea anterior, es lo que llamamos “Voto útil”, que descansa en la legitimidad de votar no solo por lo que queremos, sino también para evitar que suceda lo que no queremos. El voto útil es el que se orienta por aquel candidato que, no siendo nuestra primera opción de preferencia, tiene las mayores posibilidades de ganarle al que por ningún motivo deseamos que gane. En este caso es el candidato que se posiciona en segundo lugar de las preferencias electorales. Si el que va en primer lugar es un candidato polarizante, que tiene muchos seguidores, pero también muchos malquerientes, se prefigura la idea de Voto Útil, a condición de que éste se concentre. Si se diluye entre el resto de los candidatos, no modifica el resultado de la elección. En este punto, también será una desgracia no disponer de manera pública de encuestas confiables.
Claro que una magnífica opción sería que, como hace seis años, SABA CONSULTORES estuviera haciendo públicos sus Monitoreos, pero en esta ocasión no será así. Los héroes están fatigados, ja ja.
En resumen, compañeros, ejerciten el valor supremo de la democracia: Voten por quien les de su chingada gana.
¡Hasta la próxima!
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