“Si, no tengo el apoyo de la gente; el día que el pueblo no me quiera, ese día voy a llorar y me voy a ir”. Tal cosa ha dicho ayer AMLO.

 

Precisemos un poco. Una parte del pueblo siempre lo va a querer; otra parte, más pequeña, siempre lo va a odiar. La mayoría de los mexicanos simplemente lo aprobamos o reprobamos. Cuando más del 50% aprobamos a un gobernante, decimos que tiene legitimidad en atención al ejercicio del poder.

 

Si este tipo de legitimidad es lo que AMLO entiende como querencia, entonces debe sentirse intranquilo porque hay signos que preludian desgaste en su aprobación. Y de continuar esta situación, podría no llegar su aprobación al 50%, y lo veríamos despedirse, rayando el sol, bañado en lágrimas, derramadas por nosotros.

 

Por lo pronto, yo incluiré en mi monitoreo nacional la pregunta: ¿Usted quiere a AMLO? para tener elementos de juicio, pero ojalá que AMLO nos aclare pronto a qué se refiere por pueblo y por querencia. Aún en medio de esta nebulosa confusión conceptual, podemos afirmar que: si para él pueblo son sus seguidores, lo tendremos como presidente por muchos años.

 

Si para él pueblo somos todos los mexicanos, ¡pronto lo perderemos! Y usted, ¿ quiere a AMLO?