El PRI de los Moreira muestra músculo – Riquelme se perfila como candidato priísta
La red clientelar cimenta el moreirismo

Según la última medición de SABA Consultores en Coahuila, el PRI está a la cabeza en cuanto a identificación partidista con 17,6 %, aventajando al PAN que tiene un 9,5. Esto es importante: la fidelidad de los priístas es muy sólida. En el PAN, la aparición de Salazar está fragmentando las tendencias y Anaya obtiene alerta negativa tanto en las preferencias para gobernador como en su duelo particular entre panistas con Luis Fernando Salazar. Además, el PAN también recibe advertencia negativa en cuanto a rechazo como opción partidista en nuevas elecciones. Los panistas yerran pensando que los escándalos y la corrupción de los Moreira van a ser suficientes para triunfar en las elecciones. La silla del Gobernador no caerá como fruta madura.

Tanto es así que, a la pregunta de por qué partido político votaría, el PRI presenta advertencia positiva en el monitoreo con un 25,9 %. En la media de la encuesta, PRI y PAN están a la cabeza con amplísima ventaja sobre el resto de las opciones políticas, y en proyección electoral priístas alcanzarían el 45,7 % de los votos. Además, el Gobernador Rubén Moreira mejora sus guarismos con una advertencia positiva en aprobación, 58,2 %, y alerta también positiva tanto en aquellos que lo desaprueban como en calificación. El moreirismo, por tanto, muestra músculo, al tiempo que Miguel Ángel Riquelme anunció sus aspiraciones a encabezar la candidatura priísta, sabiéndose respaldado por el que maneja los hilos, que no es otro que Rubén. Recuerden que es el que piensa, no el que baila. Riquelme se mostró muy seguro de sí mismo, y es probable que el ex alcalde de Saltillo, Jericó Abramo, tenga que hacer de la necesidad virtud y cerrar filas en torno al candidato que le impongan para ser coherente con sus muchas peticiones de unidad.

Esta resistencia del núcleo electoral del PRI, que aguanta contra viento y marea pese a los escándalos de sus dos últimos gobernadores, tiene una explicación: donde impera la corrupción se teje una red de clientelismo que la sustenta y la perpetúa. En España tenemos, por ejemplo, el caso de Andalucía, donde el PSOE gobierna ininterrumpidamente desde hace casi cuatro décadas a pesar de los continuados desfalcos y los hechos delictivos protagonizados por varios de sus más destacados mandatarios. Deshacer toda una red de prebendas, favores y corruptelas no es tan sencillo, y en Coahuila podría suceder lo mismo.

Lamentablemente, el PRI (y lo pagará a nivel nacional) no parece querer zafarse de la rémora que están representando los Moreira, dando una nueva orientación que sepa aprovechar la fuerza que aún conserva el priísmo en Coahuila, pero desmarcándose de la deshonestidad de los gobiernos recientes. Recuerden lo que pide la gente al nuevo gobernador: honradez. Ayer supimos que Javier Guerrero busca lanzarse como candidato independiente, ante, según él, las trabas recibidas desde dentro del propio PRI y por el actual Gobernador, que ya tiene claras sus preferencias. El ambiente en el PRI se está haciendo irrespirable y la dirección nacional parece incapaz de remediarlo. Esta noticia es posterior al monitoreo, en el que Guerrero obtiene unos números moderados, y además lo hace como candidato priísta. Por tanto, habrá que esperar a futuras mediciones para ver cómo reciben los encuestados el anuncio de su candidatura. Opino que, al menos, se agradece su sinceridad: se muestra como un independiente obligado por las circunstancias, no renegando al estilo Bronco del que por años fue su partido. Guerrero debe transmitir que había otro PRI más allá de los Moreira y tal vez pueda encauzar la fuerza electoral que hay entre quienes se empeñan en insistir en sus errores y quienes no presentan más argumento que las culpas ajenas.