Sucedió en Paraíso, Tabasco. Justo cuando los mexicanos debemos decidir si seguimos con la 4T.
Murió un niño héroe, de apenas 11 años, por defender a su madre de un secuestro. Recibió un balazo, de esos que disparan los delincuentes con la tranquilidad de saber que recibirán abrazos, de un gobierno que renunció a su responsabilidad fundamental de brindar seguridad.
¡Se pudo salvar su vida! Pero el hospital al que lo llevaron no tenía los insumos necesarios para su atención, porque AMLO se ha chingado el dinero para comprar popularidad.
El 2 de junio, en la intimidad de la casilla, escucharé el grito desgarrador de ese niño: ¡No me quiero morir! Y votaré por Xóchitl y por los legisladores de la alianza PRI-PAN-PRD.
Si sigues engañado pensando que nadie como AMLO se había preocupado por ti, detente un momento antes de votar por Morena y escucharás: ¡No me quiero morir!
Si sigues agradeciendo a AMLO por haberse chingado a quienes envidias, antes de votar por Morena detente un momento y escucharás: ¡No me quiero morir!
Si todavía estás resentido porque consideras que no te tomaban en cuenta, detente un momento antes de votar por Morena y escucharás: ¡No me quiero morir!
Escucharás otras voces: la de nuestra democracia liberal, la de la esperanza de darle a nuestros hijos una mejor educación, la de la ilusión de transitar seguros a lo largo y ancho de nuestro hermoso país, la del sueño de abandonar la polarización que nos confronta; de fortalecer la solidaridad entre nosotros en la que pedimos, ofrecemos, recibimos y agradecemos.
De todas esas cosas, sueños, ilusiones y esperanzas, antes de votar por Morena detente un momento y escucharás: ¡No me quiero morir!, ¡No me quiero morir!, ¡No me quiero morir!
Salvador Borrego, Ph.D.
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