Refiere hoy El Norte, una auditoría realizada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que encontró irregularidades en 50 de 91 expedientes del programa Jóvenes Construyendo el Futuro. De acuerdo a la nota, los 91 expedientes revisados se obtuvieron de manera aleatoria del total de expedientes.

 

Es claro que lo anterior evidencia falta de control administrativo en el programa, y se antoja derivar de ello el tema de la corrupción en la 4T, pero quiero centrar la atención en cómo resolver este tipo de problemas, haciendo primero un poco de historia.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial, en USA se desarrollaron dos técnicas estadísticas orientadas a tomar decisiones correctas en tiempos cortos. Estas técnicas garantizan riesgos pequeños de equivocarse al decidir, con muestras muy pequeñitas. Ellas son el Análisis Secuencial y los Planes de Muestreo de Aceptación, avances científicos que fueron secretos de guerra, por lo cual fueron publicados hasta después del fin del conflicto bélico.

 

El caso que nos ocupa tiene que ver con los Planes de Muestro de Aceptación, que fueron desarrollados para evitar problemas detectados durante la Primera Guerra Mundial, entre otros, que llegaban al frente de batalla alimentos enlatados en mal estado. La idea era decidir, con riesgos pequeños de equivocación, si un lote de comida enlatada o de otro tipo debería enviarse al frente de batalla, o debería pasar primero a una revisión al cien por ciento.

 

Para ello se requieren los siguientes conceptos: productor y consumidor; siendo el primero el que realiza la tarea o proporciona el lote, y el consumidor el que recibe la tarea o el lote. En el caso que nos ocupa, el productor es el encargado del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, y el consumidor es la Secretaría del Trabajo.

 

Después se deben decidir dos niveles de calidad en términos porcentuales. El nivel de calidad aceptable, que es el nivel que el productor debe garantizar para que por lo común se acepte como bueno su trabajo (podríamos suponer 2%), y el nivel de calidad rechazable, que es el nivel de irregularidades que el consumidor considera como grave y quiere garantizar que en tales casos, o peores, se considere como inaceptable el trabajo que recibe (podríamos suponer 10%).

 

Los otros dos conceptos son los riesgos de equivocarnos rechazando un lote bueno o aceptando un lote malo. Podemos suponer para ambos riesgos el valor 0.05.

 

Con los datos anteriores podemos desarrollar un plan de muestreo, que consiste en determinar el tamaño de muestra y un número de irregularidades a partir del cual deberemos rechazar el lote o la tarea que supervisamos. Como en este caso ya sabemos que el tamaño de muestra fue de 91, lo que podemos hacer es encontrar el valor de rechazo con los niveles de calidad y riesgos que hemos supuesto.

 

Pues bien, de acuerdo a las tablas del libro cuya portada adjunto, la operación de Jóvenes Construyendo el Futuro debió tolerar cuando mucho 4 irregularidades, esto es, con 5 debió rechazarse, y se registraron 50, justo diez veces más. ¡Toda una barbaridad! ¡Ahí se las dejo!

 

PD. Este tema es fundamental para garantizar el control de operaciones de modo rápido y económico. Es uno de los temas centrales de mi diplomado: Estadística para la Administración (Pública y Empresarial).