El paquete fiscal golpea la popularidad del Bronco – Lo único claro, que la raza paga – El Facebook truena contra el Bronco
Dijo Jaime Rodríguez que estaba dispuesto a asumir el coste político del flagrante incumplimiento de su promesa de campaña de eliminar, o al menos reducir, la tenencia, y a fe que ese coste ya está llegando.
En la última medición de SABA Consultores, el Bronco desciende a un 30,8 %, advertencia negativa y clara tendencia a la baja, pues dicho porcentaje se reduce por quinta vez consecutiva. En desaprobación, sube hasta un 55,8 %, también advertencia negativa. Su calificación baja a 5,8, alerta negativa, y aquéllos que votarían por él en una hipotética nueva elección tan sólo serían el 18,9 % de los preguntados. El desencanto general se refleja también en un aumento de los que no se identifican con ninguna opción partidista, más de un 69 %.
El paquete fiscal que el Bronco pretende para 2017 no ha sentado nada bien, porque es diametralmente todo lo contrario a aquello que predicó en campaña. Dice el refrán que una cosa es predicar y otra dar trigo y don Jaime, una vez más, se encuentra preso de sus palabras. “Acude al refranero si quieres encontrar antídoto o veneno para tu voluntad”, decía el grupo Gabinete Caligari en su canción “Malditos refranes”, y para el Gobernador se aplican muchos de ellos. Por ejemplo, el que reza dame dinero y no me des consejos. Así lo ha planteado de claro: “No la jodan, paguen sus impuestos”.
Pues sí que ha cambiado el cuento desde la campaña. Debimos entender mal el refrán-eslogan que él hizo famoso, debió querer decir “la raza paga y la raza se calla”. Resulta que de la austeridad hemos pasado al aumento del gasto, del adelgazamiento de la administración a la adiposidad, de la eliminación de la tenencia a la patada al bote para que otro resuelva el problema cuando el chapulín haya brincado. De acabar con la losa de los pagos a los medios, a aumentar un 7,4 % el presupuesto para servicios de comunicación y publicidad. En resumen, más gasto (hasta 12000 millones de pesos más que en 2016), pero menos inversión, que cae un 15 %. Como el estado está en déficit, la única forma de gastar más es mantener o subir los impuestos, incluyendo la tenencia, e inventar otros nuevos. Justifica el aumento en el presupuesto por “circunstancias extraordinarias”. Con bolsillo ajeno, todo el mundo es limosnero.
Los diputados lo han visto claro y han dicho que si el Bronco asume el costo político, ellos no, porque el Gobernador estará pensando en irse pero ellos se juegan la elección en breve, y no quieren participar de este mazazo fiscal que dejaría chiquito al mismísimo Sheriff de Nottingham de los tiempos de Robin Hood. Así que preparan su propio paquete económico, aunque al final valdrá más mal arreglo que buen pleito, ya lo verán. Y otro refrán: cuando los elefantes luchan, quien sufre es la hierba.
El caso es que el entusiasmo por don Jaime ha empezado a flaquear en serio cuando le está queriendo tocar el bolsillo al contribuyente. Al contribuyente medio y pequeño, claro, porque ni tocar el de los que pusieron la lana para su campaña “independiente”. La relación causa-efecto entre el paquete fiscal y el descenso en popularidad en todos los índices de la medición de SABA es palpable y evidente. Por otra parte, el Facebook truena en contra del Bronco, y eso que se supone que era su terreno, allá donde ganó la elección. Acabándose el dinero, se termina la amistad. Y a buen entendedor, pocas palabras bastan. Malditos refranes.