La sana distancia social en China, ha traído una consecuencia: ¡la enferma cercanía conyugal! Ahora se da otro crecimiento exponencial: ¡el número de divorcios! Para el COVID 19 parece que ya hay vacuna. Para el deschongue conyugal, se ve más difícil.

 

Como diría Kalimán: ¡Serenidad y paciencia, pequeño Solín!