De acuerdo a la secretaria del trabajo, Luisa María Alcalde, entre el 13 de marzo y el 6 de abril se han perdido 346,878 empleos formales. Esto es, en un lapso de 24 días naturales y 17 laborables, llegamos a la referida cifra.

 

Veamos una serie geométrica que duplica los valores previos cada día: 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, 1024, 2048, 4096, 8192, 16384, 32768, 65536, 131072.

 

Los valores acumulados son: 1, 3, 7, 15, 31, 63, 127, 255, 511, 1023, 2047, 4095, 8191, 16383, 32767, 65535, 131071, 262143. Esto es, en 17 brincos, como los 17 días laborables de este periodo fatídico, la serie alcanza 262, 146 y hemos tenido 346, 878.

 

De seguir esta tendencia escalofriante, llegaríamos muy pronto al millón de empleos perdidos del que advertía Carlos Salazar apenas hace dos días. Y falta agregar los empleos no formales que también se han perdido, y que pudieran ser muchos más.

 

Señor presidente, ¿nos podría dar al menos una cita bíblica que nos sirva de consuelo?