El extraño retorno de la Chachalaca.

 

Mi trabajo es advertir riesgos, una chamba ingrata, pero a la vez potenciadora de poder y divertida. Cuando he trabajado para clientes que tienen mucho dinero, como para pagarme a mí y a otros diez aficionados, me han dicho: “usted se adelanta a los demás”, y yo les aclaro: “no, los demás se atrasan”.

 

Pues bien, el grotesco espectáculo que está dando AMLO en estos días, rechazando acatar una ley que bien podría ser llamada la “Ley AMLO”, por haberse establecido para complacer su demanda de que los funcionarios públicos, en especial el Presidente, no intervinieran en las campañas electorales, podría generar una crisis de conciencia entre algunos de sus seguidores, y no sería la primera.

 

Muchos seguidores de AMLO podrían decirle, como la canción, “me cuesta tan caro quererte*”porque su lealtad por AMLO los ha enfrentado a sus propias y profundas convicciones: compañeros de la izquierda que se significaron por defender los derechos laborales, han callado como momias ante los injustos e ilegales despidos y deducciones salariales de la 4T; por años las feministas de izquierda callaron también ante tropelías, y ahora parecen despertar ante la aberración de postular a Félix Salgado Macedonio para gobernador de Guerrero.

 

Pues ahora, con el rechazo de AMLO a su “Ley AMLO”, tenemos ante nuestros asombrados ojos la transmutación de AMLO en Chachalaca, pero ahora no son ni Fox ni Calderón, ni Córdoba Montoya quienes lo instan a callarse, es La Constitución que él juró cumplir y hacer cumplir.

 

Así las cosas compañeros. AMLO, por el mismo tema pero con los personajes intercambiados, enfrenta un gran riesgo, que ahora advierto, como lo hice hace casi 15 años, cuando publiqué lo siguiente:

 

JUEVES NEGRO PARA AMLO Y LUMINOSO PARA CALDERÓN

Marzo 17, 2006.

 

El día de ayer fue un día terrible para López Obrador y excepcional para Felipe Calderón. Si el resultado del 2 de julio próximo resulta en una derrota para AMLO, seguramente será el 16 de marzo la fecha de inicio de la debacle.

 

Ya desde entonces era claro para mí que los rasgos de personalidad de AMLO eran el peor lastre para su causa. En aquel mismo texto, agregué también:

 

Es claro que ésta es la peor sacudida que recibe Andrés Manuel López Obrador. Es muy probable que esté asociada a la actitud absurda de faltarle al respeto al presidente de la República al llamarlo Chachalaca e instarlo a callarse la boca. Es probable que le esté afectando también su negativa a debatir y el accionar de los otros candidatos a través de sus declaraciones y publicidad.

 

Qué pasará en los próximos días no lo sabemos, pero es evidente que ahora más que nunca no es descartable que AMLO entre en un grave proceso de deterioro. Quizá como Calderón tendría que revisar su campaña y desembarazarse de algunos de sus colaboradores cercanos. Evidentemente hay muchos “quizás”, pero lo cierto es que hoy por hoy AMLO vive su peor condición y por sus antecedentes de autosuficiencia es probable que ni siquiera lo admita. Peor para él, de ser así.

 

Y así fue. Como así fue también que los riesgos que corría no se advertían, ni por él ni por la intelectualidad. Justo como hoy. De salida en aquel texto, parte de mi libro Crónica de una Sucesión Presidencial, mencioné:

 

Algo interesante es que como las encuestas que se están y estarán publicando por estos días realizaron su trabajo de campo antes de este quiebre, seguirán reportando que AMLO se fortalece, cuando en realidad vive uno de sus peores momentos. Las deficiencias de toda la vida de las encuestas tradicionales.

 

El texto referido y toda la reseña del 2003 al 2006, se publicó a tiempo real. Al publicar el libro agregué notas adicionales, como:

 

Hasta aquí lo publicado aquel funesto día para AMLO. Vale la pena recordar que ese mismo día Reforma publicó una encuesta muy favorable para AMLO, justo como se advierte en la P. D. de la reseña; los editorialistas seguían hablando de la indestructibilidad de AMLO; en que no le habían quitado ni una pluma al gallo.

 

Así las cosas compañeros. Se que algunos morenistas de inmediato habrán de respingar, recrearán la idea del fraude electoral, cuando mi cuestionamiento ha sido haber perdido una ventaja que parecía irremontable. Por no entender cosas básicas como que “el líder no arremete” y que en el momento de su «cállate chachalaca», 22% de los panistas y 23% de los priistas pensaban votar por él. Fueron los primeros que le retiraron su apoyo, al sensibilizarse, por su desatino, a la propaganda que machaconamente advertía que era un peligro para México. Hoy podría penetrar, en la conciencia colectiva nacional, alguna Idea similar, o incluso la misma idea.

 

Yo se los dije, incluso se lo dije oportunamente a Manuel Camacho alguna vez que me lo topé en el aeropuerto de CDMX  (recuerdo su cara de entre sorpresa y desagrado). No entendieron entonces, algunos lo entenderán ahora. Hay cosas de la ciencia política, que todavía no se enseñan en las universidades.

 

Hay morenistas que sí entienden esto y lo agradecen, y hay amigos que también entienden esto, y me reprochan que les advierta a AMLO y a su gente. Pero mi trabajo es advertir riesgos, y es divertida.

 

Me cuesta tan caro quererte

No es suficiente lo que tengo

Si así te doy la misma vida

Tiene que ser lo que tu digas