El oligofrénico de la Casa Blanca.

 

Desde hace algunos años, cuando empezamos a ser testigos del bajo nivel intelectual y de conocimientos de quienes luchaban por el poder, me referí al fenómeno como la Rebelión de los Pendejos, una rebelión que gradualmente logró triunfos notables en el mundo. Usted ponga los ejemplos que quiera.

 

El fenómeno no estaba asociado a signos ideológicos o partidistas: nada más democrático que la pendejez. Se atribuye a la sabiduría de Don Jesús Reyes Heroles, la siguiente expresión: El poder perturba a los inteligentes, a los pendejos los enloquece.

 

Pues bien, un pendejo alcanzó la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, y la sentencia de Reyes Heroles se ha cumplido a plenitud. ¡Donald Trump, evadido por completo de la realidad, está haciendo locuras!

 

Siempre he pensado que un acuerdo básico entre las fuerzas políticas que se enfrentan en una democracia, es que cada partido debe encargarse de sus propios locos. Ojalá, por el bien de la democracia en el mundo, que los republicanos hagan su chamba.

 

Derive usted los corolarios que guste.

 

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