A río revuelto, ganancia de neo liberales.

 

La pandemia ya nos deja como saldo decenas de miles de defunciones, con la consecuente saturación de panteones y la infamante fosa común. Han muerto también más de un millón de empresas, dejando sus cadáveres insepultos en locales vacíos que como epitafio tienen un letrero de “se renta”, que van transformando nuestras ciudades en pueblos fantasma.

 

En tal contexto de trágica desesperación para muchos, otros viven con su situación económica sin cambios, o incluso viven en jauja, porque la pandemia cayó como “anillo al dedo” no solo en el contexto de la lucha por el poder político, también lo ha sido en la lucha por el poder económico.

 

Robert Reich, el economista que fuera secretario del trabajo con Bill Clinton, ha sido muy puntual en este tema: “Los multimillonarios de Estados Unidos podrían darle a todos en el país un cheque de estímulo de 3.000 dólares, y aún así quedar más ricos que antes de la pandemia.”

 

Y por solo poner un ejemplo concreto, señala el caso de Jeff Bezos, el dueño de Amazon, cuyos trabajadores no han visto beneficios especiales durante la pandemia, al tiempo que se ha enriquecido de manera ultra salvaje durante la pandemia. Reich, tuitea lo siguiente:

 

“Bezos podría darle a cada empleado de  Amazon 105.000 dólares (más de dos millones de pesos), y aún así ser tan rico como antes de la pandemia”.

 

¡El capitalismo salvaje a todo lo que da! El mismo capitalismo  salvaje que a través del ISO 9000 destruyó a W. Edwards Deming, por insistir en cosas como que la suerte de las empresas y los empresarios debería ser también la suerte de los trabajadores. Que nos vaya bien a todos cuando las cosas sean favorables, para aguantar juntos el ramalazo cuando vengan las dificultades.

 

La mortandad empresarial o el conflicto, se explican en mucho por desoír aquel consejo del sabio filósofo empresarial. Si no fuiste generoso conmigo en tus bonanzas, ¿por qué habría hoy de sacrificarme para salvar tu empresa? A mí mis timbres aunque por ello quiebres, y a mí mis tres meses de aguinaldo a la de ya, o te trastoco el orden, porque a final de cuentas “amor con amor se paga, y algún día te cobraré”.

 

Entre las empresas emproblemadas, tendrán más posibilidades de sobrevivir aquellas cuyos liderazgos hayan tenido una orientación, si no Demingniana, al menos humanista, porque encontrarán más comprensión y tolerancia en sus trabajadores. Y por supuesto que se salvarían más, si el gobierno entendiera que debe apoyarlas y no complicarlas más con aumentos salariales, que más que mejoría colectiva se traducirán en mayor desempleo y desesperación.

 

Por lo pronto vivimos el dramático contraste social entre los perjudicados y los beneficiados por la pandemia. Entre los pocos beneficiados hay quienes se conduelen de los muchos que sufren y muestran su solidaridad con ellos, y otra infausta parte disfruta el paraíso del envidioso: estar ellos muy bien, al tiempo que a los demás se los lleva la chingada.

 

¡Hasta la próxima!

 

saba@sabaconsultores.com

 

  1. Lamento profundamente el asesinato de Aristóteles Sandoval, joven ex-gobernador de Jalisco. Una vez más, en nuestra vida política nacional, la muerte reclama su rol de protagonista principal.