¡Ay pinche Gallup!

 

Según una encuesta de CID GALLUP, entre el 10 y 19 de mayo de este año, AMLO tenía una aprobación de 39% entre los mexicanos. ¿Ustedes le creen? ¡Yo menos!


Según su ficha metodológica, el Marco Muestral que usaron fueron los directorios de teléfonos celulares, que sin lugar a duda es el Marco Muestral al que migraremos todos, pero da la impresión de que usaron la lista de los teléfonos con plan, que por lo común pertenecen a las personas con ingresos más altos.

Tal posibilidad la fundamento en mis estudios experimentales para migrar de teléfonos fijos a celulares donde he utilizado ese Marco Muestral, y me resultan valores similares para la aprobación de AMLO, y es lógico, pues la mayor fortaleza de AMLO está entre los beneficiarios de sus programas sociales, que mayoritariamente son pobres, y por ende tienen celulares de prepago.


La historia de Gallup es interesante. Su fundador George Gallup, sorprendió al mundo en 1936 en la elección presidencial de EEUU, cuando la reelección de Franklin D. Roosevelt; introdujo el “Muestreo de Cuotas”, que subsanaba las deficiencias enormes de las encuestas que realizaban por aquellos años los del Reader’s Digest, que predecían erróneamente la derrota de Roosevelt.


La predicción opuesta de Gallup lo lanzó a la fama, y desde entonces también se hizo famoso el pinche muestreo de cuotas, que sigue enseñándose en las universidades del mundo, en perjuicio de todos.


Desde 1948 el muestreo de cuotas de Gallup dio las nalgas. La idea de balancear la muestra en base a sexo, raza, ingresos, nivel educativo, etc., se hizo insuficiente conforme se tornó más diverso el tejido social.

En 1948, en la elección de Harry S. Truman, aquel personaje cuya ilusión era ser pianista en una casa de putas y terminó como presidente (casi lo mismo), fracasa Gallup en sus predicciones y surge, con el matemático Paul Lazasfeld, el Muestreo Aleatorio, que en esencia no contradice la idea básica de Gallup, pero la extiende al máximo, para dar balance en todas las formas, conocidas y desconocidas, de clasificación de los electores.

El ideal de muestra representativa solo se alcanza a través de la aleatorización. Por supuesto que estamos agradecidos con Gallup por su idea de buscar balance entre población y muestra, pero el daño que le ha hecho a la humanidad no haber reconocido desde 1948 que su chingadera era insuficiente, es un pecado que tarde o temprano le va a cobrar el mercado.

Por lo pronto compañeros, dejamos constancia de que AMLO, ni en sueños fifís ni en pesadillas chairas, tiene una aprobación de 39%. Su valor de aprobación ha sido relativamente estable en torno al 62%.

Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.