Andaba pedo Mateo.

Circula un audio del Presidente Adolfo López Mateos, donde advierte que llegaría el tiempo en que algunos mexicanos irían contra la nacionalización de la industria eléctrica, con la pretensión de que AMLO y su contrarreforma eléctrica son una continuidad del ideario nacionalista de ALM, de quien guardo admiración y respeto y el recuerdo de haberlo visto en la inauguración de la termoeléctrica de Río Bravo, Tamaulipas, y de seguir sus informes presidenciales por la radio, cuando cursaba yo la primaria. Y el recuerdo imborrable de mi abuelo Epifanio Alvarado, cuando se puso de pie en posición de firmes, al escuchar el himno nacional.


El referido video me recuerda un chiste de mi infancia: Nikita Kruschev, John F. Kennedy y López Mateos, compartían en una reunión no oficial, los vodkas, whiskys y tequilas.


El patriotismo de los soviéticos, su heroísmo, no tiene límites; afirmó Nikita. Ante la mirada incrédula de sus homólogos, se dirigió a su jefe de guardias, y le ordena: “Por la URSS, suicídese”; a la de una, como dicen los colombianos, desenfundó su arma y se quitó la vida.


Se brinda por el héroe, se untan entre pecho y espalda otros tres farolazos para salir de la impresión, y es entonces cuando Kennedy, que no podía quedarse atrás, dirige la mirada a su custodio, y sin más éste se vuela los sesos.

Otro brindis, otros farolazos para procesar la disimulada impresión, y entonces Don Adolfo ordena a su Juanito Gárrison: “Por México, ofrende su vida”. El militar aludido respira profundo, y como el bohemio envolvió al presidente de México en la luz de su mirada, para decirle, displicente: “Ya estás pedo Mateo”.

Ni más ni menos compañeros, ahora que con su contrarreforma AMLO pretende el suicidio por contaminación y por la chinga que nos pondrían los gringos, lo único que podemos responderle es:

¡De poder, ya estás pedo, Andrés!

¡Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad!