¡Vamos a ganar! 2a parte.

Ayer comentamos sobre el esquema primitivo de hacer política en la actualidad, que se puede resumir en gritar a los cuatro vientos que van a ganar, que las encuestas los favorecen y que ya chingaron; si ganan ya estuvo, y si pierden gritan, como marranas atoradas, que les hicieron fraude.

Este esquema requiere difundir ampliamente que van a ganar, y por ello se han hecho relevantes unos personajes pintorescos que se hacen llamar estrategas políticos, influencers, coaches, etc. que fundamentalmente orientan todos sus esfuerzos a la propaganda.

En parte tienen razón, porque la propaganda es importante; es más cosa de Dios que del Diablo, a juzgar porque la palabreja se deriva de la “Sacra congregación para la propagación de la fe de la Iglesia católica y romana”, que en 1622 estableciera el Papa Gregorio XV.

El problema no es la propaganda en sí, sino el hecho de que ésta se hace a lo pendejo, basada en premisas falsas como aquella que pretende que todos los electores se comportan igual, y por ello vemos estrategas haciendo las mismas pendejadas en Monterrey, en Can Cún, en Mérida, Colombia o Venezuela.


Podríamos decir que todo es propaganda y que todos los políticos están en campaña, o al menos en pre-pre-campaña. Pero hay diferentes formas de hacer propaganda. Para mí la más noble, inteligente y productiva, es la propaganda que un político hace esforzándose por hacer las cosas bien en favor de sus gobernados o representados. Por supuesto, cuando se está en el poder. Cuando se es oposición es otro cuento, por supuesto que más complicado.


Ahora bien, otra forma muy efectiva de hacer propaganda es la sola difusión de los hechos, sin afanes de engaño, cuando los hechos son favorables por supuesto. Para ello es importante transitar, navegar, por la ruta del triunfo que las Cartas de Navegación Política ofrecen a cada candidato. Se debe navegar a través de las fortalezas y evitar las debilidades.


Ejemplo: Cuando Roberto Madrazo fue candidato a la presidencia en el 2006, nosotros hicimos un seguimiento desde el 2003, y publicamos todo a tiempo real y después en mi libro “Crónica de una Sucesión Presidencial”; pues bien, uno de sus primeros actos de campaña fue reunirse con estudiantes de la Universidad de Puebla, ¡y los estudiantes eran una de sus debilidades! El resultado obvio, previsible, fue que le fue de la chingada, cargando con esa imagen de derrota hasta el final.


Es claro que las exposiciones públicas de los candidatos en su ruta al triunfo es a través de sus fortalezas. Ebrard puede caminar entre quienes tienen más de 15 años de estudios; ¡Claudia no! Le van a gritar ¡piso parejo!

A diferencia de las Cartas Náuticas, que se actualizan de cuando en vez, y sirven para todos los navegantes, mis Cartas de Navegación Política son más volátiles y son diferentes para cada candidato. El efecto de las campañas y acontecimientos, podría trocar fortalezas en debilidades y visceversa.

Pues bien, compañeros, les informo que ningún candidato navega con Cartas de Navegación Política, aunque algunos presidenciables sí están atentos a mi SABA’s NOON SHOW. No traen dinero porque todo se les está yendo en propaganda a lo pendejo. Dicho de otro modo, al día de hoy, tanto la corcholatera como la constitucional, se están dando, usando armas convencionales.


Nos vemos el martes al filo del mediodía, no sé si lo merezca, pero sábado, domingo y lunes, agarraré el pedo y la música con los amigos.


Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.