El juego del Calamar y los proveedores de gobierno.
Hay quienes estiman que si los gobiernos (federal, estatales y municipales) dejaran de hacerse pendejos con el pago a sus proveedores, se daría una importante reactivación económica (se beneficiarían todos, en especial los pobres).
El juego del Calamar es una serie coreana que presenta un problema social: el drama de los deudores, al que ponemos muy poca atención, porque se entiende que un deudor consiguió un crédito y está obligado a pagarlo, y aunque cada deudor es una historia, algunas terribles, vale la pena considerar, entre los casi 10 millones de mexicanos que se ven obligados a pedir prestado, a los deudores, los ahorcados, candidatos al Juego del Calamar, que son proveedores de los gobiernos, por el impacto económico y social asociado a ellos, por las siguientes razones:
- Son deudores que no deberían serlo, porque ellos han generado suficientes recursos para garantizar su solvencia, pero la pinche burocracia se hace pendeja y no les paga.
- Son deudores que han optado por endeudarse para conservar una fuente de empleo. Que han decidido jugársela, que no se han rendido.
- Porque su condición irradia en dificultades económicas también para su entorno: sus trabajadores, familias, acreedores.
- Porque quedan en condición de indefensión ante funcionarios y políticos que contratan sus servicios o adquieren sus productos, que se vuelven inaccesibles y luego desaparecen cuando terminan sus gestiones, para ser sustituidos por otros cabrones que cuando llegan responden a los reclamos con la cínica respuesta de que ellos no participaron en la adquisición.
- Porque son deudores que han renunciado a la corrupción, como alternativa segura para recibir sus pagos.
Así es compañeros. Los gobiernos han perdido la seriedad y formalidad que por algunas décadas tuvieron, como consecuencia de la herencia sonorense de los gobiernos de Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón. Ahora mariconean con total impunidad.
¿Qué dice el público?
saba@sabaconsultores.com