El sabiondo de Zaid.

 

El presidente AMLO está acorralado. Las consecuencias de sus múltiples equivocaciones al decidir se empiezan a manifestar, y es cada vez más difícil para él y su equipo, mantener la idílica condición de ser evaluado por sus intenciones y no por sus resultados, como muy bien acota Luis Antonio Espino, en su libro de reciente publicación, López Obrador: El poder del discurso populista.

 

Políticamente hablando, AMLO es hombre muerto caminando, pues tiene completamente perdida la guerra ideológica. El mismo reconoce que solo lo apoyan unos tres pájaros de cuenta, a una distancia abismal de la jerarquía intelectual de quienes ahora invitan a los mexicanos a frenar el proyecto de AMLO. Entre ellos Gabriel Zaid, a quien el presidente se ha referido de manera despectiva como “el sabiondo de Zaid”.

 

Mal negocio enfrentarse con quienes nos superan en inteligencia. Alguna vez leí algo de Gabriel Zaid, de quien no me pierdo ninguno de sus artículos en El Norte (debo decir que hay varios editorialistas de este periódico a los que nunca leo por sesgados, insulsos o pendejos), porque destilan conocimientos, sabiduría y buena fe; el texto referido afirmaba que Zaid era el hombre más inteligente de México. Claro que me sorprendió una afirmación tan extrema, pero cuando supe que nació en Tamaulipas ya no me pareció tan descabellada la idea.

 

Sea como fuere, mal negocio de AMLO hacerle bronca a uno que no es de su tamaño, pues ni montado en la investidura presidencial le alcanza para llegarle a Zaid.

 

Así las cosas. Mal final es el augurio para nuestro presidente, quien por cierto ha dejado de ser un peligro para México; hoy es una chinga para México.

 

En manos de sus compañeros de viaje, y por su propio bien, está evitarle un desenlace catastrófico a AMLO, quien ahora se ha convertido en un peligro, para la 4T.

 

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