Oraculus genera más confusión.

 

Hagamos una aplicación oraculera para determinar el estado de salud de una persona (aunque es irrelevante, diré su nombre: Próculo Gutiérrez), basados en su frecuencia cardiaca.

 

La gran aportación de Oraculus es hacer un promedio de encuestas. En este caso haremos un promedio de frecuencias cardiacas.

 

Los datos son los siguientes: La frecuencia cardiaca de Próculo, hace siete días, era 90, hace cinco días 80, hace tres días 65, hace dos días 50, ayer 75 y hoy 0.

 

En conclusión, de acuerdo a los intelectuales de Oraculus, nuestro querido Próculo tiene una frecuencia cardiaca de atleta, de 60 palpitaciones por minuto, en virtud de que 90+80+65+50+75+0=360, y si dividimos entre 6 mediciones, nos da justo esta saludable frecuencia de 60 palpitaciones por minuto.

 

El problema es que nuestro querido Proculito murió esta mañana, dejó de latirle su corazoncito; por eso la frecuencia cardiaca de hoy fue cero.

 

¡Así de jodidos estamos compañeros!

 

El problema de las encuestas es que son promedios, y los intelectuales oraculeros insisten en seguir promediando.

 

¡Ni modo!

 

sabacartógrafopolitico@gmail.com