Lo he dicho muchas veces, AMLO se equivoca mucho. Pero así lo quieren, y mucho. La relación entre un gobernante y su pueblo, se parece mucho a una relación sentimental, donde el gobernante, hombre o mujer, juega el rol masculino y el pueblo el rol femenino. Por eso a veces me refiero al pueblo como “la muchacha”.

 

Pues bien, la muchacha se encaprichó con AMLO; tenía otros pretendientes, también jodiditos, pero no tanto. Se encaprichó y se fue con él. Ahora vive en pobreza, sin protección médica, temerosa por su vida, pero aguanta callada. Como que no tiene cara para andarse quejando, pues si lo hiciera le podrían decir, como en la canción: Con quién te quejas, si tu mal te lo buscaste, a quién le importa tu laguna de pesares.

 

Pero el galán no ha entendido que la muchacha finalmente le hizo caso, que ya es su pareja, que le ha aguantado muchas tarugadas como muestra indudable de su amor. Sigue con sus inseguridades y amarguras, y cada vez demanda más pruebas de ese amor, en lugar de agradecerlo, disfrutarlo y engrandecerlo.

 

La última tarugada que hizo, fue el gran ridículo mundial de hacer un vuelo para viajar de la Ciudad de México a la Ciudad de México. Esta vez la muchacha se sintió un poquito avergonzada, como se muestra en la gráfica adjunta. Recuerden que yo vivo muy al pendiente de la muchacha. No la juzgo, porque yo la quiero, y la quiero bien, sin ninguna pretensión. La quiero como se quiere a los hijos, con un amor incondicional. Recuerden que los hijos nacieron perdonados, aclarando que los hijos de la chingada, no.

 

¿Qué pasará mañana con la muchacha? No lo sé. Si nos atenemos al pasado, seguramente se le pasará el bochorno, y continuará su romance, quizá con la esperanza de que su galán ya no haga tantas pendejadas; que ya entienda que es el bien amado, y se dedique a cultivar este amor que parecía tan prometedor.

 

Yo por lo pronto, seguiré atentamente a la muchacha, y sé que no soy el único. Ella sabe, al menos es mi ilusión, que siempre contará conmigo y que hoy, como siempre, le refrendo mi incondicional amor.

 

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