La alternativa independiente ya tiene rostro – La opinión pública recibe con agrado la candidatura de Guerrero – El priísmo de Coahuila se fragmenta

La alternativa independiente ya tiene cara en Coahuila, y los votantes reconocen ese rostro. Esa es la conclusión que se desprende del monitoreo de SABA Consultores del día 18 de diciembre, donde se observan los efectos de la renuncia al PRI de Javier Guerrero y la confirmación de su candidatura independiente. Comparto la opinión del doctor Salvador Borrego de que dejar marchar a Javier Guerrero ha sido el gran error del PRI, con un matiz: ha sido el desacierto del PRI de los Moreira, de las corruptelas, de los vicios endémicos, del cacicazgo, de la progresiva degeneración provocada por décadas de poder omnímodo de las que el tricolor le cuesta terriblemente desembarazarse. Ayer, después de la medición, supimos que Ochoa Reza usó palabras de respeto hacia la decisión de Guerrero y, al tiempo que lamentaba su salida, concluyó que el hecho debía mover al partido a la reflexión. Y así es. El problema que tiene el PRI son las implicaciones y servidumbres que hay entre el aparato del partido y la pléyade de corruptos que, a su abrigo, han esquilmado el país. En la medida en que desde la dirección del partido sean capaces de depurar sin complejos a esta cuadrilla de gañanes, podremos hablar de regeneración, pero va a llevar tiempo.

Coahuila no escapa a esa situación general del PRI, muy al contrario, es su paradigma, al punto que un político priísta hasta la médula y con trayectoria intachable se ha visto forzado a buscar su camino por la vía independiente ante la dictadura del moreirismo. Los efectos en la opinión pública han sido inmediatos: Guerrero obtiene alerta positiva como opción para gobernador en respuesta espontánea, lo mismo que como mejor opción de entre los candidatos propuestos, con un 5,6 y un 10,3 % respectivamente, aumenta la identificación con las alternativas independientes en una serie por encima del promedio de cinco mediciones, y en el voto por opciones partidistas los independientes obtienen la segunda alerta positiva consecutiva, con un 12,3 %. Ahora bien: el núcleo duro del PRI de Coahuila, el que tiene fe ciega en las consignas como en la antigua usanza, está cerrando filas en torno al candidato de Moreira, que no es otro que Riquelme, que también obtiene advertencia positiva en respuesta espontánea y como mejor opción para gobernador, y que en esta medición barre al resto de posibles candidatos priístas. El PRI de Coahuila entra en guerra civil, por un lado los fieles a las consignas oficiales, y por otro los que abrazan la nueva bandera de Guerrero. Como consecuencia, tanto Javier como Miguel Ángel Riquelme obtienen alerta negativa como peores opciones a la gubernatura. Los dos bandos se acusan entre sí, pero es el PRI (el de los Moreira), el que es considerado la peor opción y la alternativa independiente la que empieza a ganar adeptos.

Es la hora de la libertad, en todos los sentidos. Javier Guerrero ejerció libremente la opción de salir del partido, y de paso ha abierto el abanico de posibilidades para que los coahuilenses no tengan que optar entre lo malo y lo peor. Quizá el PAN se pueda aprovechar de la fragmentación del hasta ahora monolítico voto priísta, pero en la encuesta, en todas las combinaciones de candidatos posibles de PRI y PAN que se pudieran medir con Javier Guerrero, el resultado es un triple empate con ligera ventaja para éste. Es un principio. No es la primera vez que lo digo, pero he de insistir: Guerrero debe mostrar que ha abandonado el PRI por sus vicios pero mantener sus virtudes, y exponer un programa basado en algo más que el hecho de ser independiente. Esto acaba de empezar, pero hasta el más largo camino comienza con un paso. En libertad.