Ni el INE ni el IFE, invirtieron sus cuantiosos recursos propagandísticos para introducir los conceptos básicos de estadística y encuestas en nuestra cultura popular, para fortalecer nuestra vida democrática, y ahora el INE está pagando las consecuencias de la ignorancia del pueblo y la ignorancia de sus dirigentes (ignorancia elocuente, en el caso de Porfirio Muñoz Ledo).

 

¡Pobre México!