Ebrard repudiado

12 mayo 2024

 

Aunque poética y hermosa, no estoy de acuerdo con la máxima de Max Ehrmann, en su Desiderata, cuando sentencia: “y sea que te resulte claro o no, el universo marcha como debiera”.

 

En lo que sí creo, es que todo lo que sucede, la marcha del universo tiene una explicación lógica, y que el gran reto intelectual que la vida nos plantea, es entender esa lógica, a veces trivial, a veces muy compleja, para al menos diferenciar entre las cosas que podemos cambiar y las que no, para decidir dónde y cómo enfocar nuestros esfuerzos; luchar a alma partida bajo ciertas circunstancias, o hacernos pendejos y dejar correr las cosas, ante otras.

 

En línea con lo anterior, consideremos el repudio que recibió Marcelo Ebrard ayer en un restaurante. Ya algunos festinan el desaguisado, y lo interpretan como un rechazo generalizado a Morena, en una lógica sugestiva apoyada en aquello de que “para muestra basta un botón”.

 

Por supuesto que tal explicación del evento, con esa lógica, anima el entusiasmo de los seguidores de Xóchitl, afirman es una muestra clara de que van a ganar, porque nadie quiere a la gente de la 4T.

 

El problema, sin embargo, es que la lógica anterior es una lógica muy primitiva. Como la lógica con la que el hombre primitivo juzgaba a la luna, carente de las categorías kantianas que ofrecen al hombre moderno la ciencia y la tecnología.

 

Volvamos a Ebrard. ¿Qué significa que lo hayan repudiado en un restaurante con comensales de clases medias tirándole a altas? ¡No significa absolutamente nada! ¡Es algo totalmente lógico!

 

¡Por supuesto que juzgamos con base en otra lógica! Una basada en mis Cartas de Navegación Política, que indican que los sectores con ingresos arriba de 20 mil mensuales y escolaridad superior, son fortalezas de Xóchitl y debilidades de Claudia. Dicho de otro modo, lo que pasó en el restaurante con Ebrard es lo más parecido a lo que le habría pasado si asistiera a un mitin de Xóchitl, quizá con la única salvedad de que en tal caso mínimo le aplicarían el “piquete azteca”.

 

Diferenciar entre sucesos ordinarios y extraordinarios, en caso de los segundos explicarlos y actuar en consecuencia, es la clave para un accionar afortunado en casi todos los campos, en especial en las campañas electorales.

 

La forma científica para lograr lo anterior son los Monitoreos Estadísticos con sus hipocentros; la usual es aplicar el feeling, el sentido común, la experiencia, que ante la usual complejidad del tema derivan en fantasías y pendejadas.

 

¡Así las cosas, compañeros! Lo de Ebrard como si no hubiera pasado. Persiste la incertidumbre; el resultado dependerá del grado de desinfle de Claudia en las urnas por el abstencionismo.

 

Salvador Borrego, Ph.D.
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