Lo que nos demuestran los números de Saba Consultores en sus mediciones hasta el 29 de enero es que la obra del TUCOMA (Todos Unidos Contra Margarita Arellanes) se consumó y sin embargo la clase política no consiguió atraer o interesar a más amplios sectores de la sociedad; también reflejan la consolidación de los números del gobernador Rodrigo Medina en la medianía a “panzazo”.


Como ya habíamos mencionado el TUCOMA operó simultáneamente y bajo la conducción del gobernador Medina a través de varios sucesos: el “destape” de Ivonne Álvarez, el regreso de Fernando Elizondo ante el desplome del negocio y las expectativas petroleras de la oligarquía local, la campaña de Jaime Rodríguez “El Bronco”, las acciones de Felipe de Jesús Cantú en contra de la ex-alcaldesa, así como las acciones del gobierno estatal quienes no solo orquestaron el escándalo del “guarura que se volvió secuestrador” sino también el tema de los baches promovido profusamente por todos los medios de comunicación, muchos de ellos proclives al chayote y a los contratos publicitarios.


Como resultado de lo anterior hoy Margarita Arellanes está lejos de las preferencias de un 13% o más que logra Ivonne Álvarez y sólo consigue un lejano 3.3% en el Top of Mind o intención espontánea de voto. Igualmente, en otros indicadores como en el de “votaría usted por él o ella si fuera candidato”, Margarita obtiene un 21.4% muy lejano del 39.4% que obtuvo Ivonne Álvarez el día 29 de enero.


Quizás el efecto más importante de las acciones del TUCOMA ha sido que dentro del propio panismo -en donde Margarita Arellanes y sus aliados controlan el 60% del padrón de miembros- Felipe de Jesús obtenga un apoyo de un 26.3% de los entrevistados que son panistas, mientras que Margarita solo obtiene un 20.3%. Hay otros indicadores dentro de las mediciones de Saba que señalan el éxito del TUCOMA: mandar a la lona a Margarita.
Sin embargo, el grueso de la población permanece indiferente hacia estos procesos y en esta medición un 67.1% de los entrevistados no tiene preferencia partidista, mientras que un 63.3% de los entrevistados dijo no tener preferencia por ninguno de los aspirantes a la gubernatura del Estado.


Además, las acciones del TUCOMA (todas ellas orquestadas durante el mes de enero) dieron como resultado una caída del interés por la política en ese lapso desde un 64.5% de los entrevistados a sólo un 44.0% del cual se recuperó en las últimas dos mediciones hasta el 55.4% que alcanzó en esta última medición.
Por otro lado y en medio de esta trifulca entre la clase política el gran orquestador y ganador de todas las canicas fue el gobernador Rodrigo Medina, quien mantiene una extraña estabilidad en sus calificaciones en donde el 6.8 que obtiene en esta última medición perecería ser el promedio en torno al cual ha oscilado, con ligeras altas y bajas, durante varias semanas.


Una cosa sobresaliente de las calificaciones de Medina es que durante el mes de octubre, cuando los sucesos de Iguala- Ayotzinapa estaban golpeando con toda su fuerza la credibilidad del Estado mexicano, Medina logró calificaciones por encima de la medianía o panzazo llegando a un 7.2. Esto puede ser resultado de “los privilegios de Estado”, es decir, los recursos con que cuenta un gobierno para hacerse de una base social maciza, aunque no muy amplia.