Comenzaremos este nuevo proyecto de medición e interpretación de la opinión pública de SABA Consultores replanteando el método que nos permitió ser relativamente certeros en nuestro pronóstico electoral de Nuevo León el pasado julio de este año.

Dijimos, desde principios del 2014, que cualquiera de las figuras políticas que decidiera presentarse como “disidente” o “rebelde” frente al sistema político tenía todas las posibilidades de triunfo puesto que utilizaría a su favor la ANOMIA SOCIAL –mal llamada “descontento” – generada por el deterioro económico y social de la “economía de libre mercado” que actualmente rige en nuestro país.

Decíamos que esta economía generaba una Tendencia Decreciente del Bienestar General (TDBG) y que ésta a su vez formaba la ANOMIA SOCIAL, que no es otra cosa que un divorcio o rompimiento emocional de la población respecto a sus gobernantes e instituciones.

La mejor prueba para lo acertado de nuestro método y tesis fue el resultado de la elección pasada: Jaime Rodríguez Calderón obtuvo más votación que sus dos mayores rivales juntos, quienes representaban el sistema político repudiado por la mayoría. Hoy, en vísperas del gobierno de “El Bronco”, el cuadro se mantiene igual según los números obtenidos por SABA en sus mediciones hasta el 23 de septiembre: Jaime obtuvo un 52.5% en el rubro de “si hoy volviera a votar ¿por quién votaría?” frente a un 10.3% del ex candidato panista y un 6.0% de la ex candidata priista.

Mientras Jaime Rodríguez mantiene ese nivel de popularidad, el presidente Enrique Peña Nieto obtuvo una aprobación de 36.5% y una calificación de solo 5.2, y el gobernador Rodrigo Medina una aprobación de 32.9% y una calificación de 4.7.

Ahora, considerando que desde las elecciones de julio han ocurrido diversos eventos de alto impacto, como la fuga de “El Chapo” Guzmán, la severa devaluación del peso, el regreso de la violencia en forma de ejecuciones, y asaltos, los bajísimos niveles de crecimiento económico y expectativas de empleos, la caída de los precios del petróleo y el anuncio de los recortes presupuestales en el gobierno federal, estatal y municipal, resulta obvio que el deterioro del presidente y el gobernador sea aún mayor. Precisamente este escenario propicia que las expectativas respecto al “disidente del sistema” Jaime Rodríguez, ahora como gobernador electo supuestamente “independiente”, sean favorables.

A su vez, beneficiándose de esta popularidad, figuras como Manuel González, Roberto Flores o el propio Fernando Elizondo, quienes frecuentemente aparecen con Jaime “en la foto”, obtuvieron un buen nivel de aprobación, el primero con un 25.7% y el segundo con un 17.9%, y Elizondo lleva la delantera en el rubro del “mejor político”.
Lo cierto es que para mantenerse así se tiene que ser verdadero “disidente del sistema”, sobre todo en lo referido a sacrificios económicos, recortes y despidos. Ya veremos si lo son.