Los números obtenidos por Saba Consultores en sus mediciones hasta el 6 de enero nos indican que todavía es menos de la tercera parte de la población la que está interesada en los asuntos partidistas y en sus figuras; la percepción de la ciudadanía respecto al gobierno del estado se mantiene relativamente estable en los niveles medios que alcanza el gobernador Rodrigo Medina con una calificación promedio de 6.8, que es un número bueno para sus niveles habituales y que le indica una alerta positiva. Igualmente, sus aprobaciones y desaprobaciones se mantienen en un nivel relativamente bueno para sus niveles habituales con un 60.8% y un 32.9% respectivamente. Así, la obra de gobierno es juzgada en números medios y sin significar un rechazo o una inconformidad. Lo que hacen los partidos políticos y sus figuras sólo le interesa a una tercera parte o menos de la población y así lo indican algunos de los números obtenidos por Saba Consultores: un 73.9% de los entrevistados dice no tener a ninguna de las figuras en el Top of Mind o intención de voto espontáneo; un 74.0% de los entrevistados dice no tener preferencia por ninguno de los partidos; dentro de los partidos, un 84.0% de los priistas dicen no tener predilección por ninguno de los aspirantes o precandidatos y entre los panistas el porcentaje es de 82.2%. Lo anterior nos indica que, por ejemplo, el “destape” de 12 legisladores o funcionarios públicos como supuestos aspirantes a la gubernatura sólo generó un efecto relativo dentro del sector de la población que se interesa por estos asuntos mientras que las otras dos terceras partes siguen indiferentes a ellos. En ese sentido podemos entender que el PRI obtenga mayores preferencias partidistas que el PAN, con un 16.3% y un 9.7% respectivamente. También se puede entender el hecho de que el día 6 de enero Ivonne Álvarez superó a Margarita Arellanes en intención de voto, con un 40.6% y un 31.9% de los entrevistados respectivamente, porque, como es sabido, Ivonne apareció como la figura más prominente entre los 12 asistentes a la reunión en el PRI nacional el día anterior. Por otro lado, las acciones de los partidos y sus figuras pueden tener un impacto negativo dentro de ese sector (todavía menor) de gente interesada en la política. Ese es el caso del PRD que con sus desfiguros de promiscuidad política, cortejando a personajes de la derecha como Fernando Elizondo, obtuvo un 0.0% de identificación partidista junto con el PT. En el caso del PRD hay que sumar el efecto Iguala-Ayotzinapa aunque este último es un asunto de mayor envergadura e interés que el cinismo de los perredistas con sus dos dirigentes de “peso pesado” -es decir, de más de 100 kilos- que inevitablemente (y quizás involuntariamente) proyectan una imagen de mucha ambición y escasos escrúpulos morales.