«Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo… no empieces una guerra en la que sabes que no podrás ganar». Napoleón Bonaparte.

 

Antes de abordar el tema, permítanme explicar algo. Mi actividad profesional es la previsión política, anticipar riesgos. Cuando trabajo para un cliente mis señalamientos son privados, y esto les permite anticiparse a los problemas.

 

Cuando lo hago público, aunque es igualmente benéfico para quien es evaluado, resulta inevitablemente incómodo para ellos ser exhibidos en sus problemas o deficiencias, y es común que se molesten. Solo los muy sabios lo agradecen, y de esos no hay muchos.

 

Aclarado lo anterior, advierto un riesgo grande para AMLO en el conflicto con las mujeres, que las ha llevado a tomar la sede de la CNDH.

 

AMLO afirma que los medios están magnificando el problema, pero no es así; ¡el problema es grave!. Para que se entienda les comento lo siguiente. La aprobación de AMLO ha rondado, desde hace diez meses, en el 60%. En algunos sectores sociales es más, en otros menos. En CDMX así lo fue hasta que llegaron las protestas femeniles de marzo. A partir de entonces su aprobación en la capital ronda el 35%, esto es, su popularidad es similar entre los capitalinos y los panistas.

 

Dado este antecedente, es previsible que las actuales protestas femeninas desgasten a AMLO.  El riesgo está advertido, faltan la sabiduría y el oficio político para aceptarlo y atenderlo.  Las protestas de marzo dejaron una fea cicatriz en la Ciudad de México, que se aprecia en nuestra Carta de Navegación Política.

 

Eso me recuerda el corrido de Juan Charrasqueado de Don Víctor Cordero, donde las mujeres se aconsejan y se van; aquí las mujeres se aconsejaron y se quedaron a protestar contra AMLO, y ya también por ahí lo andan buscando.